Salvador Dalí: A 25 años de su muerte
Quien identifique a Salvador Dalí por sus famosos relojes blandos, el ícono daliniano más reconocido de toda su obra, quizás ignore que se inspiró en un queso derretido, el cual “fue el fruto del maridaje de mi ingenio y del blando camembert, expresión de mi noción del espacio-tiempo, profetizando la desintegración de la materia”. Este genio de las artes plásticas murió hace 25 años. Hoy lo recordamos.
Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, artista de imagen estrambótica, narcisista, de intensa y prolija obra, a quien no le importaba que falsificasen sus trabajos pues era para él una prueba de su grandeza, murió el 23 de enero de 1989 a los 84 años en Figueras, localidad que lo vio nacer, en Girona, España.
Su mayor legado se conserva en la fundación Gala-Salvador Dalí, y las últimas exposiciones dedicadas a su obra en Europa han congregado a miles de visitantes.
La influencia de Freud
Durante los años que cursaba sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, se alojó en la Residencia de Estudiantes (1922-1926). Este hecho fue fundamental para su formación personal, intelectual y artística, pues no solo encontró un ambiente estimulante junto a los “residentes”, entre los que se encontraban el cineasta Buñuel y el poeta García Lorca, sino que también conoció la obra de Sigmund Freud, fundamental en esta etapa cuando se interrogaba sobre su identidad.
Su obsesión por el mundo del inconsciente comenzó en 1922, cuando se publican las obras completas de Freud traducidas al español. Dalí y muchos artistas de su época aplicaron en su creación artística los métodos de la exploración del inconsciente, es decir, la supra-realidad. Ellos fueron los surrealistas.
Crítica desde la “Residencia” a “los podridos” de la época
Junto con sus compañeros residentes Luis Buñuel (con quien más tarde rueda el filme ‘Un perro andaluz’) y Federico García Lorca (quien le dedica ‘Oda a Salvador Dalí’) generó una terminología propia a base de signos y símbolos, que insertó en toda su obra.
De todos ellos el principal era lo putrefacto. El de los putrefactos es uno de los temas favoritos para el grupo de la Residencia de Estudiantes y como tales representaba a las autoridades, los burgueses, ciertos artistas en dibujos en cuadernillos, correspondencia literaria, la prensa, etc. El distintivo común de estos personajes, al ser representados, eran unos grandes bigotes en un enorme rostro, luciendo además un diminuto sombrero.
Dalí sigue vigente a 25 años de su desaparición, así lo demuestran las cifras de visitantes en las últimas grandes exposiciones dedicadas a su obra: 800 mil visitantes en el Museo de Pompidou entre noviembre de 2012 y marzo de 2013, y más de 730 mil visitantes en el Museo Reina Sofía de Madrid, entre abril y septiembre de 2013.
También los peruanos tuvimos el privilegio de ver sus obras en Lima, en el 2008 y 2013, en el Museo de Arte Italiano y en el Centro Cultural de la PUCP, respectivamente.
(Lizet Diaz)
Fotos: Agencias / Archivo El Comercio
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