En memoria al momento decisivo: Henri Cartier Bresson
Hoy se cumplen diez años de la muerte de Henri Cartier Bresson, conocido mundialmente como “El padre del fotoperiodismo”. Se autoproclamó un hombre aventurero y reacio a involucrarse en los negocios familiares en el rubro textil para dedicarse al arte. Esta aventura que emprendió desde joven lo llevaría a convertirse en uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX. A la edad de 58 años se dio el lujo de decir que su obra fotográfica estaba ya completa y decidió volver a la pintura, su verdadera vocación desde la infancia. Poco antes de cumplir 96 años de edad muere en su casa de provenzal de L’Isle-sur-la-Sorgue Montjustin, al suroeste de Francia. Aquí su historia.
Henri Cartier-Bresson nació el 22 de Agosto de 1908 en Chanteloup, Seine-et-Marne, en el seno de una familia de la burguesía francesa. Desde muy joven decidió que no trabajaría en la industria textil, negocio que forjó su familia. Su amor por el arte haría que se dedique al dibujo y la pintura.
Recibiendo el apoyo de sus padres, en 1927 Henri ingresó a estudiar pintura con el conocido cubista André Lhote. Años más tarde se trasladaría a la Universidad de Cambridge, para sumergirse, aún más, en el mundo del arte y de la literatura.
Debido a su buena posición económica, Bresson llegó a relacionarse con personajes importantes del mundo cultural de la época. Entre las personas que contribuyeron para formar su desarrollo artístico y profesional resaltan: Gertrude Stein, Rene Crevel, Max Jacob, Salvador Dalí, Jean Cocteau, Max Ernest, entre otros. Sin embargo, con Andre Lhote desarrolló sus primeros conocimientos en composición. Con él entrenó el aspecto visual, que serviría como estructura para desarrollar más adelante la fotografía.
Inicios en la fotografía
Fue en un viaje a Costa de Marfil, en 1931, donde por primera vez Bresson tomó una fotografía con una cámara primitiva y algo vieja. Henri descubrió que la cámara es un instrumento rápido para captar momentos y decidió iniciar una relación cercana con el aparato. Este nexo llevaría a Bresson a considerar a la fotografía como una manera rápida de dibujar. Luego de dicho viaje conoció la cámara Leica, que se convertiría “en la extensión de su ojo”, tal y como él lo reveló en una entrevista para la fundación Henri Cartier Bresson.
La manera de fotografíar que utilizaba Bresson era muy particular. Él buscaba durante el día instantes naturales muy difíciles de capturar. Estos instantes, con el tiempo, serían popularmente conocidos como “El Momento Decisivo”. Con este nombre bautizó una colección de fotografías en 1952. La frase lo identificaría y resumiría su técnica para fotografiar.
Al considerarse siempre un surrealista, Bresson se atrevía a decir que no fue influenciado por la pintura de esta corriente, sino por su mentor André Breton, maestro de quien adquirió conocimientos del papel de la expresión espontánea y de la intuición.
En una entrevista publicada en el diario The New York Times, Henri reveló que fue Robert Capa quien le recomendó llevar la etiqueta de ‘fotoperiodista’. “Cuando expuse en el Museo de Arte en 1964 Robert Capa me dijo: ‘Henri, ten mucho cuidado. No debes encasillarte como fotógrafo surrealista. Si lo haces, no tendrás encargos y serás como una planta de invernadero. Haz lo que quieras pero la etiqueta debe ser ‘fotoperiodista’ ‘”, contaba Bresson.
De esta manera Henri llegó al campo del ‘fotoperiodismo’: con la esencia del surrealismo, pero con la etiqueta del ‘fotoperiodista’.
Al estallar la II Guerra Mundial, en septiembre de 1939, Bresson se incorporó al ejército. Al poco tiempo su unidad de foto y cine es capturada por los alemanes. Después de 35 meses y dos intentos fallidos de escapar, logra huir hacia París. En estos años retrató a grandes figuras del arte y la literatura como Picasso, Matisse, Claudel y Braque, entre otros. Y así fue como capturó sus fotos de la liberación de París, en agosto de 1944.
Bresson, Capa y otros fotógrafos de la época fundaron la primera agencia cooperativa de fotografía llamada Magnum Photos, que se convertiría en una de las más famosas y prestigiosas del mundo. “Nos lanzamos a la idea para poder hacer lo que queríamos, para trabajar en lo que creíamos y no depender de que un periódico o una revista nos encargaran una cosa. No queríamos trabajar por encargo y pensamos que si nos organizábamos podríamos tomar nosotros la iniciativa”, sentenció. Esta ideología les sirvió para trabajar.
Últimos momentos
En 1955 y luego de recorrer grandes países, –como India, China, Unión Soviética, Canadá, Cuba, México y España– Bresson se convirtió, gracias a una invitación, en el primer fotógrafo en exponer su trabajo en el Museo de Louvre de París.
Ya en 1966, decide dejar Magnum y volver su atención hacia su primer amor: el dibujo y la pintura. “Todo lo que ansío por estos días es pintar, la fotografía nunca ha sido más que una manera de pintar, un tipo de dibujo instantáneo”, con estas palabras confirmó su retorno a este rubro.
Con la intención de preservar su legado como artista, reunir su obra y crear un espacio de exposición abierto a otros artistas, en el 2003 Bresson y su familia crearon la Fundación Henri Cartier Bresson.
Era la mañana del lunes 3 de agosto del 2004 y “El ojo del siglo”, inventor del “instante decisivo”, “padre de la fotografía moderna” o “padre del fotoperiodismo” fallece en su casa de verano.
(Joan Ríos Incio)
Fotos: Agencias
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