A 100 años del hundimiento del Lusitania
Un siglo ha transcurrido desde que el trasatlántico Lusitania se hundió en las heladas aguas irlandesas. En esos años, Europa era zona de guerra. Hacia allá se dirigía el Lusitania con 1959 personas a bordo. Sin embargo, se quedó en el trayecto debido al ataque de un submarino alemán. Ahora yace en las profundidades del mar.
La humanidad venía sufriendo uno de los periodos más cruentos de su historia tras desatarse la Primera Guerra Mundial. En ese contexto, la fastuosa y monumental embarcación Lusitania cruzaba el Atlántico con 1959 personas a bordo.
Había zarpado desde Nueva York el 1 de mayo de 1915 rumbo a Liverpool. El viaje transcurría sin contratiempos y sus pasajeros disfrutaban de las comodidades del que denominaban un ‘hotel flotante’.
El Lusitania era uno de los barcos más lujosos de la época y podía alcanzar una velocidad de 50 kilómetros por hora. Desde el 26 de agosto de 1907, cuando entró en el servicio de pasajeros con la Cunard Line, había completado 201 travesías por el Atlántico. Pero esta vez, como hace tres años había sucedido con el Titanic, no llegaría a su destino.
La tragedia
A unos 18 km de las costas irlandesas, y cuando eran las 2 de la tarde del 7 de mayo, la tranquilidad imperante en el Lusitania se interrumpió abruptamente con un primer torpedo que recibió del submarino alemán U-20. El impacto causó un boquete del tamaño de una casa en el costado de estribor.
Minutos después, una segunda y más potente explosión logró que el enorme trasatlántico sucumba y comience a hundirse en medio de la desesperación de las 1959 personas que luchaban por su vida.
El panorama se tornó desolador. El Lusitania había terminado en las profundidades del mar. Solo flotaban algunas sillas, mesas y demás restos del barco; y muchos de los que aún permanecían vivos, comenzaron a morir de hipotermia. Unos 1 200 hombres, mujeres y niños fallecieron; entre ellos, 134 estadounidenses y más de 600 víctimas nunca fueron encontradas.
Desde entonces se buscó explicaciones a lo sucedido. ¿Por qué el submarino alemán lo atacó? ¿Cómo una embarcación de dimensiones colosales pudo sucumbir con solo dos impactos?
El Lusitania no era un simple barco de pasajeros. Además de las 1959 personas a bordo, llevaba un cargamento de 1250 cajas de proyectiles de artillería y 4200 cajas de munición de rifle para el ejército británico.
El día del embarque, un aviso pagado circuló en los periódicos neoyorquinos: “Se recuerda a quienes vayan a iniciar un viaje por el Atlántico, que Alemania y Gran Bretaña se encuentran en estado de guerra y que aquellos que se dirijan a la zona de guerra en barcos ingleses, lo hacen bajo su propia responsabilidad”. La publicación pasó inadvertida.
Como se indicó en el aviso, ambas naciones estaban en guerra; por lo que los británicos necesitaban provisiones de armas. Entonces, el Lord del Almirantazgo Wiston Churchill vio necesario obtenerlas a través de barcos de países neutrales como Estados Unidos.
Sin embargo, ello también obedeció a un cálculo político de Churchill puesto que le convenía tener como aliado al país norteamericano por su potencial bélico, sin que le importe arriesgar vidas en el intento. Dos años más tarde, Estados Unidos se aliaría a la Triple Entente.
Un siglo después de aquella tragedia, se puede ver al siniestrado barco consumiéndose rápidamente, producto de las agitadas y oxidantes aguas irlandesas. Sus chimeneas yacen derruidas en el fondo. Solo la proa donde aún se puede leer LUSITANIA permanece semierguida y en dirección a Queenstown, el puerto adonde nunca llegó.
(Julio Guerra Cruzado)
Fotos: Agencia/ Archivo Histórico el Comercio
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