Pequeño saltamontes
Fotos: Baidu.com, google.cn
“Si el alumno no supera al maestro, ni es bueno el alumno, ni es bueno el maestro.”
“La gente se arregla todos los días el cabello, ¿por qué no el corazón?”
“Vive cada día de tu vida como si fuera el último…un día acertaras”
El Maestro Po -intrepretado por Keye Luke- fue inspirado en la figura del legendario Da Mo (Boddidharma, monje de origen indio vigésimo octavo patriarca del budismo)
Estas debieron ser las enseñanzas que el maestro Po transmitió al Pequeño Saltamontes en el Monasterio de Shaolin. Durante muchos años, cada vez que leía un proverbio chino imaginaba al joven monje escuchando a su sabio mentor. Me sentía, como muchos, un Pequeño Saltamontes.
Pequeño Saltamontes.Radamés Pera también tuvo un papel en La Familia Ingalls. Esta es su página oficial
La muerte de David Carradine ha sido una patada fulminante en mis recuerdos de niña, como sucedía con los flashback de la serie. Ni Kung Fu (1972-1975) ni Carradine me interesaron tanto como Kwai Chang Caine de niño. Ante mis ojos la serie cobraba sentido cuando el monje perdía su mirada en el horizonte y retornaba mentalmente a sus años de niñez y adolescencia en China. Muchos años después de una patada voladora yo también aterrizaría en la patria del Pequeño Saltamontes.
Originalmente el papel de Kwai Chang Caine recayó en Bruce Lee quien fue descartado porque era “demasiado asiático” y Carradine que no tenía ascendencia china ni había practicado artes marciales, asumió el personaje
Esos viajes al pasado –al principio en blanco y negro- abrieron las puertas del Monasterio de par en par, y dejaron ver al Occidente la sabiduría de la milenaria tradición china. Kwai Chang Caine era un huérfano que había crecido en el Monasterio de Shaolin, hijo de una china y un occidental. Es testigo del asesinato de su mentor, el maestro Po, a manos del poderoso sobrino del emperador a quién Kwai Chang Caine termina matando como venganza.
“Se busca vivo o muerto”, dice el anuncio. Mientras que Kwai Chang Caine huía de la muerte, a Carradine le dio tiempo de casarse cinco veces. En cuatro ocasiones fue candidato al Globo de Oro, y una vez, al Emmy (grabó 60 temas musicales). Nunca obtuvo un gran premio aunque sí el cariño de sus eternos fans. Esta es su página oficial
Su cabeza cobra precio y el Pequeño Saltamontes debe huir desde el Lejano Oriente hasta el Viejo Oeste. Así se convierte en otro Llanero realmente Solitario, sin Toro, sin Plata y sin pistolas. Sus únicas armas eran su destreza en las artes marciales y la fuerza interior de su filosofía de vida. Durante tres años y 46 episodios, Kwai Chang Caine huye por Estados Unidos de mercenarios chinos, mientras hace el bien, resuelve entuertos e intenta ubicar a su medio hermano.
Carradine se involucró tanto en su personaje que aprendió artes marciales y filosofía oriental hasta el punto de convertirse en maestro. Escribió un libro de memorias titulado “Espíritu de Shaolin” y protagonizó varios videos de prácticas de Tai-chi
Y en esta gran travesía que se convirtió en su vida, el Pequeño Saltamontes recordaba las enseñanzas del Maestro Po:
- “Ignora la lengua que ofende, esquiva el golpe provocador, huye del asalto del fuerte”, dice el viejo monje.
– “¿No son esos los actos de un cobarde?”, pregunta el aprendiz.
- “El jabalí huye del tigre sabiendo que ambos están provistos de armas poderosas por la Naturaleza y que pueden matar. Al huir salva su propia vida y la del tigre. Eso no es cobardía, es amor a la vida”, contesta el sabio.
El personaje de Kwai Chang Caine llegó a impactar a tal medida que el Monasterio de Shaolin se hizo célebre en el Occidente y se abrieron varias escuelas de Shaolin de Wushu en todo el mundo. Hasta ahora, el Monasterio de Shaolín recibe aprendices de monjes o Pequeños Saltamontes. Esta es su página oficial
EL LEGADO PO
“El maestro Po estaba en el huerto del Shaolin, donde los juveniles estudiantes recibían de los monjes la enseñanza del kung fu -arte milenario- y sobre las virtudes de la disciplina, la humildad y las ventajas del uso de la lecitina. Inmóvil se hallaba el maestro Po, en actitud silente. ¿Qué estaba contemplando? Nada. No veía ni el vuelo de la garza sobre el bruñido espejo del estanque, ni la efímera nube pasajera, ni la verdosa rana que procuraba pasar inadvertida entre las hojas del nenúfar. ¿Por qué no veía eso el maestro? Podría yo aducir muchas razones, pero diré una sola: era ciego. ¿Acaso es necesario decir más? La luz había huido de sus ojos, pero el maestro Po llevaba un resplandor interno que lo iluminaba, y sus otros sentidos habían alcanzado tal perfección que hubiese podido advertir de inmediato la llegada de un elefante, a condición, claro, de que el elefante lo pisara. En su meditación estaba el maestro cuando sintió a su lado una presencia. “¿Eres tú, pequeño saltamontes?” -preguntó con voz llena de serenidad. “Sí, maestro -respondió el joven discípulo que se había acercado con paso silencioso, de tigre en acecho, a ver si podía sorprender a su maestro. Esa sorpresa habría consistido en llegar sin ser notado y picarle las costillas. Jamás había podido el estudiante consumar tan grande hazaña, pues siempre el maestro Po sentía su llegada. Quiso saber el chico, avergonzado: “¿Cómo notaste mi presencia, maestro, si ni siquiera moví con mis pisadas un solo grano de la tierra?”. “La vida es como un junco que hoy está y mañana ya no está -respondió Po, que solía aprovechar cualquier pregunta, incluso: “¿Qué horas son?”, para impartir alguna de sus enseñanzas-. Noté que estabas cerca por las ligeras ondas del aire que agitaste al caminar, por la casi imperceptible variación de temperatura causada por la cercanía de tu cuerpo, y por la levísima presión que ejerce sobre mi materia el magnetismo de la tuya. Pero sobre todo fue mi nariz la que me avisó de tu presencia. Calculo que hace dos lunas que no bañas tu cuerpo en el estanque”. (Fragmento de una crónica de Armando Camorra)
El éxito de Kungfu se debió, en palabras de Carradine, a la apertura de lazos entre Oriente y Occidente. “Ya lo había anticipado el apretón de manos entre Richard Nixon y Mao Zedong”, dijo en 2004