FIfa piensa 'agrandar' el mundial 2026 ¿Y así podremos ir?
La Fifa acaba de aprobar poner a discusión que el mundial 2026 tenga 48 equipos. Una idea medio ambigua y falaz porque en la práctica seguirían siendo 32, pero 16 llegarían a disputarlo de manera directa y las otras 16 en unos repechajes que se desarrollarían en la sede elegida… ¡tres días antes de comenzar la justa! Es decir, nos vestimos, llegamos al ‘tono’ y quizá ya en la misma puerta nos despachan, un formato medio ‘chicha’, obvio. Parece que los dirigentes que acá arman torneos, están colaborando. Ya si Infantino propone liguillas para tabla acumulada, no tendré dudas de ello.
Bueno, pero la idea hoy no es discutir la capacidad de inventiva del distinguido ‘comité creativo’ que tenemos en la Comisión de Bases de la ADFP, sino esto de los 48 equipos mundialistas que, en verdad, es un cuento más grande que Pino como salvador de la ‘U’. La idea es que van 16 de manera inmediata (menos cupos directos, por tanto) y los otros 16 clasifican gracias a igual número de repechajes entre 32 selecciones que llegarían a esa instancia tras ‘raspar’ la calificación directa sin llegar a alcanzarla. Y así, 16 que van de frente, más 32 que juegan en la víspera y se eliminan entre sí en ‘llaves’, es igual a 48. ¿Alguien puede decir que eso nos acerca a una clasificación? No, esto es como cuando un banco te dice vía publicidad televisiva: “Y ahora duplicamos tus cupones, tienes más opciones de ganarte el ‘depa’”. Claro, el problema es que se los duplicaron a todos los demás clientes también.
Miren, vamos a ver mejor fórmulas más viables de clasificar si el material humano no alcanza, antes que se desencadenen suicidios en cadena en pocos años más:
Posibilidad Uno. Propongamos cupos reservados a ciertas selecciones como: ‘Premio a la Perseverancia’. Perú, con cierta historia y oscuro presente, califica para esa dádiva. Antes íbamos más o menos seguido, ahora ya ni por casualidad, somos un caso parecido al de Hungría, otra selección que vive del pasado, finalista de un mundial y que no asiste a estos desde el ‘86. Ellos se acuerdan de Puskas y nosotros de Cubillas. Si exponemos en Zurich material fílmico de cómo llenamos el estadio pese a ser últimos, de cómo la gente solloza ya desde antes de empezar los partidos, de los recursos financieros que invertimos para clasificar, de cómo el ‘Perú Campeón’ de los 70’s es aprendido de memoria ya desde el ‘kinder’, de nuestro apego a las ciencias ocultas como fórmula de acercamiento al objetivo (chamanes, brujos, pócimas especiales), yo creo que, apelando a la sensibilidad de la gente de Fifa -que algo de corazón debe tener, entiendo- podríamos postular a un cupo de cortesía. Claro, antes tenemos que propiciar que sea creado.
Posibilidad Dos. Solicitemos a Fifa reservar un par de cupos mundialistas para un concurso por internet. Igualito que el que hubo para las nuevas ‘Siete Maravillas del Mundo’. ¿Alguien cree que se nos podría escapar la clasificación así? Con una campaña en medios, en los canales televisivos pasando con letritas chicas abajito de pantalla: Vota en este link por: ‘Perú, selección mundialista 2026’, la hacemos. Así hemos ganado los concursos más increíbles, si hubiese uno de los mejores ‘rascacielos’, fijo, también lo ganamos. Si algún día en Zurich lanzaran la encuesta vía redes: ¿quién es el mejor jugador del mundo? y ponen como terna a Messi, Cristiano y, por ejemplo, Yordy Reyna, ganamos igual. Tenemos un aliado a favor: nuestro desempleo galopante, que nos convierte en el país con mayor acceso a internet para matar el ocio. Y, lógico, además el sentimiento corporativo que poseemos como país de ganar en cualquier cosa ‘como sea’, la cosa es ser primeros en algo. Y así poner ‘bien en alto’ el nombre del Perú. Se dice así, ¿no? Eso lo decimos hasta cuando ganamos el mundial de trompo.
Posibilidad Tres. Nosotros inventamos la chapita motivadora del ‘siga participando’ con la ‘carita feliz’ de fondo. La opción de los ‘sorteos’, por tanto, nos vendría bien. Como en los casinos. Para los que ya dejaron el alma, y ¡nada! queda una chance última: el ánfora. Así, los que nunca vamos al mundial, que somos mayoría, podríamos exigir en nuestra condición de afiliados nivel ‘aguja’ una posibilidad vía el azar. Y si la bolilla con nuestro nombre es extraída, ¡imagínense! Un ‘poupurrí’ entonado en masa, abrazados todos, millones, empapados de sudor y lágrimas:‘Contigo Perú’, ‘Y se llama Perú’, ‘Porque yo creo en ti’, ‘Manos peruanas se elevan y punto’…. Ah no, esa no…. Bueno, igual, la euforia y el orgullo desatados, sabiendo que los peruanos siempre logramos lo que nos proponemos, es cosa de ingeniárselas nomás. Porque “somos una raza distinta”.
Eso último me lo copié del ‘maestro’ Acuña, sí…