Monumental, estadio ideal (al menos contra Bolivia)
Ya está. Llegó la hora, se juega el Perú-Bolivia ansiado por los hinchas. Todos los que fueron con sus cartas de agradecimiento ayer al ‘Pozo de los Deseos’ por la ‘gracia concedida’, luego del fallo del TAS, debieron lanzar dos sobres, por las dudas: uno para agradecer y otro para pedir por lo de hoy, a ver si estamos en racha. Muy justo, por cierto, el fallo, lo raro es que países futboleros antes omnipotentes, hayan quedado más descolocados con el resultado que Maduro llamando por ‘fono’ a Trump. La nostalgia, la melancolía, lo desprotegidos que deben sentirse los Bilardos, Maradonas, etc, sin olvidar, obvio, a los agentes ‘lobbystas’ de países amigos, paladines ‘desinteresados’ de la justicia, que se la jugaron vaticinando en calles, plazas y redes por el ‘hermanito menor’ (en este caso adoptado, sí) cosas como: “Está clarísimo, será el triunfo del sentido común, nos lo acaban de decir desde altas esferas, vamos todos con Bolivia, seamos parte de la noble gesta, los puntos se ganan en cancha”. Bueno, para la próxima. ¿Cómo les quedaron las manos? Porque con la presión que metieron, hasta paredes de ladrillo se llevaron de encuentro.
Esperemos que se la jueguen por los hermanos bolivianos con el mismo cariño -y bolsillo- en otras demandas internacionales igual de altruistas, pero un poquito más sublimes y trascendentes para ellos. En fin, ya pasó, hay que respetar el dolor de un ‘duelo’ ajeno, cuando se juega a los dados para tirar una noticia, suele pasar. Igual les queda el ‘Diego’ para divertirlos y mitigar la pena.
La cancha en Lima está lista, y al menos ya hay mejores razones para ir a ver con ganas el partido de hoy. Naturalmente, no hay boletos, es lógico: si cuando estamos últimos igual se los arranchan, imagínense ahora que vamos sétimos. Encima, Ecuador, el sexto, juega con Brasil de visita, así que si ganamos podemos superarlos en la tabla, mínimo durante tres días, que no es poco. Después, ya se verá. ‘Cada día con su afán’, como escuché por ahí. Esteee…. sí, ya se dieron cuenta: yo también me di mi vuelta por el Pozo ayer con mi cartita. Pero el post de hoy tiene que ver con esa ‘mala onda’ que siempre le tiran al Monumental cuando va la selección, y que no siempre es sustentable. Vamos, tampoco somos la invencible Alemania, caray. Al menos contra Bolivia, por historia y coyuntura, es el escenario ideal. Vamos a tirarles 7 razones para que se queden tranquilos y no lleguen al recinto desvaneciéndose de los nervios.
1. La Casa de Ruidíaz es el Monumental. Vale recordarlo, porque todo el mundo repite que la de la selección es el Nacional, de acuerdo, pero ello ‘no aplica’ con el delantero, que jugará por una excepción como titular, ante la suspensión de Guerrero (para él, sí, el Nacional de todas maneras). Ruidíaz, la esperanza de gol esta noche (entre otras, claro, ya sé lo que van a decir algunos), ha marcado más del 65% de sus goles en Ate, conoce la cancha, sus dimensiones, sus huecos y recovecos, se acomoda perfecto. Claro, ello tampoco garantiza que vaya a hacer un ‘hat-trick’ o algo por el estilo, solo que se verá en un ambiente más familiar, porque a la selección en el Nacional, hasta hace dos años siempre la acompañó con los ojos, por televisión. Y, encima, viendo a los bolivianos, de un tamaño promedio no elevado, con sus uniformes verdiblancos, y en Ate, su hábitat natural, fácil sentirá que retrocedió el tiempo y está jugando un Apertura contra Los Caimanes de Puerto Eten.
2. Con Bolivia al menos, el Monumental de ‘salado’, nada. Mucho se dice que es un estadio ‘piña’, ‘salitroso’, ‘mufa’ para la selección. Pero lo primero que debemos recordar es que la única vez que perdimos con los altiplánicos como locales (los hemos enfrentado también en Ate, Matute, y en Tacna), fue en el ‘viejo y querido Nacional’, donde la gente dice que logramos nuestras grandes hazañas. La verdad no sé cuáles, porque campeones sudamericanos 1975 fuimos ganando a Colombia en Venezuela, el ‘69 eliminamos a Argentina en la Bombonera, el ‘77 clasificamos al Mundial en la liguilla de Cali, y en el ’81, si bien empatamos cerrando en Lima con Uruguay el pase a España ‘82, la hazaña fue ganarle en Montevideo antes. Pero acá se repiten, a veces, cosas de paporreta (“Perú tierra de arqueros”, “somos la sombra de Argentina”, “con Chile la casa siempre se respeta”, etc). Esta es una más que sirve para el ‘circo’.
3. Las estadísticas juegan a favor. De visita -por única vez- Bolivia nos ganó por Eliminatorias precisamente en el Nacional, 2-1 en 1989, en un grupo de tres países, junto a Uruguay. Y en el cual hicimos cero puntos porque nuestro equipo era tan malo que para hacer un gol, los rivales tendrían que haber jugado con 8 efectivos, dos de ellos Sub 15. En esos encuentros, el que anunciaba la alineación por los altoparlantes, después de dar cada nombre, pedía disculpas. Por lo demás, revisando cómo nos va hace 32 años, si hacemos una estadística de nuestros partidos en el Nacional, debe ser hasta más espeluznante que la de Ate.
4. Los bolivianos ya se hicieron ‘mala sangre’ con el cambio de estadio. Apenas se enteraron que el partido se cambiaba para el Monumental sus dirigentes se quejaron amargamente aludiendo que se complicaba su logística. Lo real es que van jalados de las narices, de mala gana. Armaron un escándalo, parecía que les habían dicho que los íbamos a llevar a la Isla San Lorenzo.
5. La sede de concentración de ellos puede traernos suerte. Los directivos habían hecho sus reservaciones en un hotel del Centro de Lima (hubiera sido lindo verlos atravesar toda la Javier Prado en hora punta, en fin, ‘ya fue’), pero claro, ahora cambiaron y se fueron a un hotel cercano a Ate que, no obstante, es célebre por una fatídica noche de concentración cuando Chemo del Solar era el DT. En una de esas, esta vez también se da lo del fácil acceso, que no depende del local en sí, aclaro. Un par de siempre inquietos ex ‘referentes’ peruanos que ya no juegan, pueden alcanzarles con cierta dosis de maldad a los hermanos bolivianos algunas tarjetitas con números telefónicos que les sobró esa vez. Para el sano esparcimiento claro, si están aburridos. Total, somos hermanos. Ah… y el barman de entonces, era un verdadero guía turístico. Sería útil también, qué lujo.
6. Hay equipos a los que 60 mil personas los puede atarantar. Los estadios bolivianos son más chicos, casi todos sus convocados juegan en su liga local, así es que esa presión particularmente ajena para ellos, la podrían sentir. Además, con estadio lleno, 80 mil personas en el Monumental, las ‘olas’ son más grandes que en el Nacional. Esa sensación, a los bolivianos mucha gracia no les va a hacer.
7. Bolivia no gana hace 24 años de visita. La última vez fue en setiembre ’93 en Puerto Ordaz 7-1 con Venezuela, cuando los ‘llaneros’ solo pateaban naranjas. Con todo lo que se sufrió en el TAS, con lo que se pelearon los dirigentes con el IPD por no liberar el ‘National Palace Concert’, con lo que se bregó por la cancha parejita del Monumental, para que quede como de ‘fulbito de mano’, ¿y los bolivianos van a romper su racha acà, justo con nosotros? Ni hablar. Supongo que el ‘Pozo de los Deseos’ de ayer también juega.
Santa Rosita no nos puede dejar ‘tas con tas’…