Desnudez
Una de las preguntas que se hacen los amantes de la autenticidad es sobre el valor de la exposición pública y el relajamiento de la intimidad. En una sociedad en la que esta se deshace y el pudor pierde terreno, la libertad hace lo suyo y se ensancha. La libertad está asociada a la verdad y la mentira al secreto ¿Lo cree usted? Sino mire las fotos que al final le presento…
¿Imagina un mundo en el que la esfera de lo íntimo desaparece? ¿Se concebiría usted más libre entonces? ¿Se atrevería a colocar en vitrina su propia desnudez? ¿Sentiría que se acaba el mundo si otro se adelanta para confrontarlo con el mundo sin ningún antifaz?
Bueno, la vestimenta es una mentira, un mecanismo contra el pudor que estrangula y que resta autenticidad. Este tema ha entrado a colación en estos días. La intromisión de hackers capturando la intimidad de algunas estrellas pone en juego nuestros espacios vedados, rompe nuestras puertas y nos expone en una vidriera sin matiz.
Imagine un mundo que se invierte, que revela y se rebela, que muestra antes que esconder…
En “La insoportable levedad del ser” , Milan Kundera nos advierte: “Por el contrario, Franz está seguro de que la división de la vida en una esfera privada y otra pública es la fuente de toda mentira: el hombre es de una manera en su intimidad y de otra en público. ‘Vivir en la verdad’ significa para él suprimir la barrera entre lo privado y lo público”.
Y ahora una muestra de lo que es ser auténtico…
Y tras esta cortina viene…
…lo que había de venir…
Si creyó que es fácil ser uno tal cual, así sin tapas y sin etiquetas, se equivocó. Nuestra anclada pauta social es la del escondite, el ropaje, el silencio, el revestimiento…Vivimos protegidos de la vista exterior y al tanto de la aprobación que a la mala se nos alcanza o que llega acaso a la buena de Dios.
Salvo mejor parecer…