Dichos de Luder
Julio Ramón Ribeyro fue un narrador imbatible, difícil de alcanzar. Fue también un hombre con claridad, de aquella que es poco de lograr con la escasa lumbre de nuestra humanidad.
Una de sus obras que más atención llama es “Dichos de Luder”. Aquí unos extractos de su magnífica y, a la vez, sencilla sabiduría. Digo sabiduría porque Ribeyro, ya visto el autor, nunca atacó ni vilipendió, careció de la soberbia lumpen de los que creen batirse con los astros, fue humilde, sabiamente hosco y remoto, poco dado a la luz de la figuración que ciega y aturde.
Aquí una muestra de su lucidez, las que me inspiran hoy por hoy (De “Dichos de Luder”):
*****
No he sido insultado, ni perseguido, ni agredido, ni encarcelado, ni desterrado —dice Luder—. Debo en consecuencia ser un miserable.
*****
—Así como hay una palabra que ha dado origen a todas las palabras —dice Luder—, debe haber una sentencia que contenga todas las enseñanzas y toda la sabiduría del mundo. Cuando la descubramos el tiempo cesará de existir, pues habremos entrado a la era inmóvil de la perfección.
*****
Le hacen notar a Luder que nunca ha manifestado celo ni envidia por el triunfo de sus colegas.
—Es verdad. Eso les puede dar una idea de la magnitud de mi soberbia.
*****
—¡No te des tanta prisa! —le reprocha Luder a un amigo que tiene la costumbre de andar siempre muy rápido. —De todas maneras vas a llegar puntualmente a la hora de la cita que tienes concertada con la muerte.
*****
—¡No, por favor! —protesta Luder cuando vienen a buscarlo una vez más para que firme un manifiesto humanitarista o participe en un mitin a favor del pueblo oprimido—. Amar a la humanidad es fácil, lo difícil es amar al prójimo.
*****
—No es que yo sea bondadoso —dice Luder—. Sucede simplemente que no soy malo. He escogido el cómodo camino de la virtud por omisión.
*****
Hay autores que fracasan majestuosamente -dice Luder-. Son como un transatlántico que se va a pique en plena tempestad , con todas sus luces encendidas, entre el ulular de las sirenas. Otros, en cambio, son como el tipo que se ahoga en un estanque fangoso, sin que nadie lo vea, agarrado al mango de una escoba podrida.
****
Le muestran un artículo en el que se habla de todos los escritores de su generación menos de él.
-Me libré de la redada -dice Luder.
****
- ¿No te preocupa escribir desde hace treinta años para haber alcanzado tan minúscula celebridad? -le preguntan a Luder.
- Por supuesto. Me gustaría escribir treinta años mas para llegar a ser completamente desconocido.
Ps. Puede revisar el extraordinario glosario ribeyriano de Jorge Coaguila en http://elcomercio.pe/luces/libros/85-anos-julio-ramon-ribeyro-glosario-autor-noticia-1753573
Foto: Casa de la Literatura Peruana-Difusión