Los puntos de vista
Leí bien por allí: “Un libro puede representar diversos significados dependiendo de quién lo mire; para un lector es una obra, para un editor es un negocio y para una polilla es alimento”.
Los puntos de vista son siempre discutibles, son solo eso, posiciones, miradas desde el lugar en que se hacen. Un hombre viaja a Nueva York desde Uganda, pero cubren sus ojos en el camino. Es llevado, a ciegas literalmente, a una cabaña en las inmediaciones de la ciudad. Jamás ha visto la Gran Manzana ni en postales (disculpen la fantasía). Explora aquella zona rural con los ojos bien abiertos y al regresar a África relata cómo es Nueva York: “Un lugar inhóspito en el que solo saltan a la vista algunos ficus, unos sauces al borde de un camino….El campo predomina”.
Sin análisis ni curiosidad, Nueva York sería apenas lo que el viajero vio. Ver solo un lado de las cosas es una perspectiva, una perspectiva que se ensancha solo con la experiencia expansiva y el testimonio de los demás.
Las edades también tienen sus propias perspectivas, aunque cada quien nos ofrezca una visión particular. El amor no es el mismo a los 10 que a los 20 ni a los 20 que a los 30 ni a los 40 que a los 50 y no es lo mismo a los 80, como no son lo mismo los sueños, la realización, el erotismo, la paz, el matrimonio, la ideología y demás. Además cada edad tiene su propia crisis y sus propias respuestas.
Las perspectivas que tenemos de nosotros mismos también difieren respecto a las perspectivas de los otros con relación a cómo somos. Más aún, el hombre se observa en el espejo y ve una imagen que no es la misma que ven los demás ni la que apreciamos en una fotografía o un video. Ocurre con la voz y con la percepción de nuestro carácter moral ¿Qué nos define?
El punto de vista solo se completa y enriquece con las varias perspectivas que podemos y debemos sumar para tener una visión más completa de las cosas y de la vida en general. De allí la importancia de leer novelas, ver películas, estar despiertos, explorar y escuchar a los demás.