Las lecciones de una historia
Una de las historias que más lecciones sencillas y profundas ha dejado en el alma de miles de jóvenes y no tan jóvenes es “El Principito” (Antoine de Saint Exupery, 1943). Nos habla del amor y su significado, de la amistad y la esperanza. Aquí algunas de las frases claves, siempre aplicables a la vida diaria.
1. “Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. Quienes asumen que en el oropel y la belleza reside el amor yerran de saque. Lo más noble, lo más grande, lo que trasciende pertenece a una dimensión que solo lo que subyace a los ojos puede captar.
2. “Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Para mi, tú serás único en el mundo. Para ti, yo seré único en el mundo…”. ¿Un lazo entre un zorro y un niño? Más que eso, en el universo de los afectos y la amistad esencial nadie es solo una entidad o un prójimo, es mucho más, un ser que no se repite, que tiene un valor peculiar.
3. “Todas las personas mayores fueron al principio niños”. Al decir verdad, la felicidad tiene relación con el grado de locura que llegamos a alcanzar. Quien sostiene al niño que fue está cerca de la alegría plena, sin sofisticaciones ni artilugios de la madurez y de la docta sabiduría.
4. “Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”. Es probable que esas estrellas nos habiten y relumbren cuando la sencillez y la curiosidad nos gana.
5.“Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumas. Se pasa el día diciendo, como tú: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”, lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!.”. No hace falta comentarios.
6. “Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.” El valor de ciertas cosas reside en su escasez. Una rosa o un geranio únicos, son un valor absoluto en el universo.
7. “Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso”. Otra de las frases con las que el Principito nos enseñó que en la simplicidad y en el amor está oculto lo que es verdaderamente grande.