Amores genuinos
Ninguna instrucción es más peligrosa que la que nos impulsa al abismo. Hay músculos que no se pueden remendar y ningún libro servirá para atar nuevamente el nervio roto, el ojo ahogado y el alma partida en la mitad. Pero si te dan la opción de cruzar un puente hacia el corazón de la luz, aquí algunas instrucciones peligrosas. La más importante de todas lo aguarda al final.
1. No te compres las leyendas bobas de un hilo roto que une dos destinos ni creas que somos piezas dispuestas en cajas equivocadas. No hay tal conjunción predestinada, ningún hombre, ninguna mujer, nacen para una persona en particular. Todo ocurre porque ocurre y no porque deba ocurrir. Pueda que te des contra un muro en la nariz.
2. Si te aceptan por ti, bien. Pero tantea si las señas indican que solo eres el medio para un fin mejor (que no es para ti, desde luego) ¿Te habla ella o él más de aquello que puede lograr a través de ti que de ti mismo?
3. No te arrastres ni seas lisonjero, que quien repta deshace la ilusión que al principio pudo forjar.
4. No hay relación válida sin reciprocidad. Tan romántico como OBTUSO es el “sublime” amor incondicional. Sí, sí: “Doy para que des”.
5. No te afanes, el deslumbre dura lo que el asombro. Amores de estación, amores rudos y fugaces: un beso es solo un beso, las cosas fundamentales son aquellas que se dan a través del tiempo.
6. Bagatela la ilusión, el amor una apuesta y el placer la realidad.
7. Cree a medias y ten por cierto que toda esperanza es incierta.
8. Nunca se vuelve ni a los perfumes ni a las canciones ni a los tamaños. No se nos ha sido dado volver.
9. Hay una línea recta entre dos cuerpos y una línea sinuosa y accidentada entre dos corazones.
10. Móviles son los sentimientos y profundas las consecuencias, pero no hay mal que dure cien años ni nervios que lo resistan.
11. Igual, con estas advertencias, lancese con todo, que de azares, misterios, socavones y deleites es que está hecha la vida.