Instrucciones para pensar
Se dice que para vivir sirve de poco pensar. Sin embargo, a la luz de los corazones rotos, los cuerpos mutilados, los parabrisas quebrados y las guerras que matan el aburrimiento, pensar bien sirve para sobrevivir. Aquí algunas instrucciones:
1. El cerebro no deja de trabajar ni en la vigilia ni en el sueño, hasta que el corazón le juega una mala pasada. Si de órganos se trata: el corazón y el hígado estropean el cerebro.
2. La razón es fría, pero ve claro. Pese a su claridad lústrala con el cepillo de la duda y del desencanto.
3. Antes de razonar, asegúrate con la falta de certezas.
4. Mira hacia afuera, no hacia adentro. Afuera el objeto, adentro la percepción y, por tanto, el engaño.
5. Más vale un solo silogismo que mil presentimientos.
6. El que se emociona pierde.
7. Para tu desazón, no se puede ser inteligente al cien ni al cincuenta las 24 horas, ni siquiera un minuto. Vale el intento, intelectual soberbio. ¡Ja! Nos jactamos de minucias.
8. Para pensar bien desiste de las ficciones y de los poemas, de la belleza y los amores, de las prisas y la esperanza. Y de entre todas, de esta última, pues toda esperanza es un hada idiota.
9. El pensamiento no hermana con la ética. La ética es un artilugio del miedo a los demás ¿Lo crees?
10. Si asumes que estas instrucciones son difíciles de cumplir, tira todas por la borda. No pierdes mucho y es gratificante. Pero acostúmbrate a la gran paradoja de vivir: la de una pasión feliz y angustiada a la vez.
11. Si la razón te provee de sosiego, permítete el autoengaño feliz, que racional resulta también mentirse de vez en cuando.