Teoría del interés inverso
Suena extraño para ser el nombre de una teoría. En realidad, la he inventado para explicar lo que ocurre en las relaciones humanas, que adquieren alguna similitud con la teoría económica. Más es menos, a mayor oferta, el valor se reduce. Debo señalar que me ofende en lo particular y me enfurece, porque la misión es dar, ofrecerse, mostrar. De eso se trata ser humanos.
Si hay una emisión monetaria y se incrementa la moneda nacional, esta tiende a desvalorizarse. La oferta en las relaciones humanas suele seguir esa línea. Mientras más amor, amistad o aprecio ofreces y demuestras, menos interés generarás en la contraparte, por decir en términos fríos.
Por el contrario, la frialdad y la escasez habrá de producir una mayor respuesta si es que en la contraparte hay un mínimo interés. Aquel que ya no llama, que parece haber perdido el interés, reactivará el interés del otro.
¿Es razonable la teoría? Quizás lo sea si lo has experimentado. Quizás no hay reglas válidas y generales en la evaluación del comportamiento humano.
Si de eso se trata relacionarse con los demás, mejor la vida de los bosques y la soledad de las planicies remotas. Más sabiduría afectiva hay en mi perro que en esa inefable y vil raza que llamamos “Humanidad”.