Una vieja historia
Algunas tramas devienen del tiempo, de lo que escuché o vi. El viejo amigo me cuenta, lo escucho, me escucha, procuro aligerar sus vientos que hoy, en el segundo día del año lo golpean a la mala.
Solo me nace la poesía:
Tenías los ojos bien abiertos
casi como un “pescado muerto”.*
Te compadecieron.
No siempre se aborda el océano.
Agolpado, inerte, entre los maderos.
Una gota salada como un fierro en la boca
Te dicen que hay tierra más allá del mar.
Déjala ir, todo el mundo vuelve.
Tenías como un pescuezo de palo.
Ella quiere hacer películas.
Está medio loca
Nunca la verás en las portadas de las revistas.
Te preguntas si lustra sus zapatos
Si ha dejado de fumar
Mientras crees que tu rostro se cuartea en el espejo.
No, no es el escalofrío lo que te mata,
…es la muerte implacable de la memoria.
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*licencia adrede para duplicar la sensación de muerte en las pupilas, de una gran pena en los ojos.