Misfits: De vuelta en el negocio del horror
Roy Orbison y Chuck Berry tuvieron un hijo vampiro, que además es un zombie en anfetaminas amante de la magia negra. Ese engendro es, más o menos, el sonido inventado por Misfits; la banda formada en el Nueva Jersey de 1977 por Glenn Danzig y Jerry Only, quienes esta semana anunciaron que la mala leche entre ambos se agotó: volverán a tocar juntos 33 años después de la disolución de la banda original.
Quizás la mascota de Misfits, el Crimson Ghost (la calavera con ojos), sea más conocida que la propia banda; o los covers que Guns N’ Roses, Metallica, Cradle of Filth y varias bandas de metal le han rendido en vivo y en discos. No obstante, el legado de los padres del horror punk va más allá.
La banda es cultora de un sonido genuinamente nuevo para su época, pues nació en los albores del punk (el primer disco de los Ramones salió tan solo un año antes), al cual le dan un giro de tuerca posteriormente replicado y difícilmente superado. El amplio bagaje cultural de Danzig en el oscurantismo, los cómics, los filmes clase B de terror, las teorías conspiranoicas más populares de fines de los sesentas, sucesos paranormales y extraterrestres, y su preferencia por el rock n’ roll más primitivo moldearon la ruta y el sonido transitados por Misfits.
Ayudaron, es cierto, una serie de carencias financieras y técnicas para pagar más horas en el estudio de grabación y disponer de mejores equipos para obtener una producción debidamente pulida. El resultado no pudo ser mejor ni siquiera si así lo hubieran planeado. Una ráfaga de singles, EPs y algunos LPs hasta 1983 donde se respira tierra de cementerio, donde la violencia desatada solo se compara a la demencia y el sadismo contenidos en los numerosos ‘yos’ que adopta Danzig en sus letras, siempre con una banda al filo del puñal para crear atmósferas claustrofóbicas llenas de ecos oscuros.
Hacia los últimos años de la primera encarnación de la banda, Danzig insistía con Only y su hermano Doyle Wolfgang von Frankenstein (a la sazón, el guitarrista que más ha durado en el grupo) en tocar más lento y pesado, para producir una suerte de blues pulposo y endiablado (el cantante continuaría esta ruta más adelante en sus proyectos solistas, con los que ha lanzado cerca de una veintena de LPs).
Por suerte, el grupo no pudo hacerle mucho caso al cantante: cada vez más acelerados, el sonido fue mutando hacia el hardcore y los primeros estertores del speed metal. De hecho, el Earth A.D. —el último disco de la banda en su época clásica— es para muchos la biblia del speed metal y sentó las bases sonoras y estéticas para el black metal cultivado hacia fines de los ochentas.
Y por desgracia este parece haber sido el punto de inflexión para partir las aguas. Danzig se alejó de la banda para convertirse en una suerte de crooner infernal, mientras que Only y su hermano volvieron a trabajar en los negocios familiares (formaron, sin mucho éxito, la banda de metal cristiano Kryst the Conqueror).
Desde entonces, Only ha sido el principal motor de Misfits, para bien o para mal. Con el ánimo de revivir el cadáver, se enfrascó en una batalla legal con Danzig a mediados de los noventas, tras la cual se ganó el derecho a grabar y tocar bajo el nombre Misfits. Fue entonces que reclutó al cantante Michale Graves para editar los muy buenos American Psycho (1997) y Famous Monsters (1999). Aunque ciertamente rescatan los caminos sónicos tendidos sobre el punk y el rock de los cincuentas, estas placas palidecen ante las anteriores por su pulida producción, que sofoca cualquier ánimo genuino de aterrar al oyente.
Ya sin Graves y con Only como cantante, los Misfits han visitado dos veces nuestra capital: en 2003 (con su disco Project 1950, de covers de los cincuentas y sesentas, bajo el brazo) y en 2009, dos años antes de lanzar su más reciente LP, el deslucido The Devil’s Rain.
En el campamento Danzig, el retorno a Misifts se ha calentado a fuego lento: hace ya cinco años empezó a esporádicos shows bautizados “Danzig’s Legacy”, donde tocaba canciones de Misfits y eventualmente invitaba a Von Frankenstein. El año pasado, Only abría una puerta para la reunión, si es que Danzig dejaba de lado “su mierda oscura”, pues para él la banda debe ser un ejemplo positivo para los fanáticos más jóvenes.
Ahora sabemos que volverán a tocar juntos como “The ORIGINAL Misfits” y no cabe duda que el nombrecito ampliado se debe a algún tema legal. Tampoco hay que ser adivino para saber que difícilmente Danzig abandonará “su mierda oscura”, porque esta finalmente es parte integral de su legado. Entonces, ¿qué esperar de la reunión? ¿Sucio lucro y nada más? ¿Segundo debut y despedida? ¿Reformación con nuevo disco? Habrá que dejar pasar agua bajo ese puente para conocer el destino de la banda. Esa incertidumbre, sin embargo, no le resta un ápice de expectativa a la hecatombe sónica que ensayarán en el Riot Fest. Este año, Halloween se celebra ahí, en setiembre. (Hans Huerto)