¿Más grande que sus problemas?
No recuerdo un momento peor en la historia de nuestra querida ‘U’: estamos a punto de perder parte de Campo Mar, los principales directivos han sido denunciados por la Sunat, las deudas no dan tregua, el desorden organizacional campea y la trágica muerte de María Paola Vargas ha puesto a todo lo relacionado con la crema en el blanco de la indignación pública.
Estas circunstancias casi terminales, sin embargo, encuentran al equipo en lo más alto de la liguilla B del Descentralizado, con una ventaja holgada sobre sus perseguidores y un juego que si bien no alcanza a deslumbrar, destaca por su solidez como conjunto. Aunque el último partido se ganó gracias a un horror del golero del Bolognesi, Universitario sigue en la senda del triunfo, camino a la soñada definición.
¿Sport Huancayo está en capacidad de darnos caza? ¿Le alcanzará el fútbol, y el tiempo, a la San Martín? Críticos e hinchas ya sacan sus cuentas y consideran que del ‘play off’ nadie nos mueve. Por mi parte, prefiero la prudencia. Además, nada nos asegura que la inmunidad del plantel frente a los factores extradeportivos no tenga un súbito final.La ‘U’ juega partidos en varios frentes. Al momento de escribir estas líneas, los dirigentes buscaban una reunión con Manuel Velarde, jefe de la Sunat, para impedir el remate de dos lotes de Campo Mar el 13 de este mes. Formalmente, las únicas posibilidades que tiene el club para que esto no suceda es que pague su deuda antes -lo cual es imposible- o que nadie se presente a la subasta, algo también improbable.
En el plano futbolístico, si bien no pude ver el primer tiempo ante Bolognesi porque no viajé a Tacna y Cable Mágico solo transmitió la segunda etapa, me parece que el equipo jugó bien. Mantuvo la iniciativa del juego, controló la pelota y, a diferencia de otras oportunidades, intentó jugar más a ras del piso. Se crearon varias situaciones de peligro claras que Ramírez conjuró antes del regalito que Revoredo aprovechó en el minuto 92.
¿Por qué Reynoso insistió con Calheira? ¿Acaso para darle descanso a Labarthe pensando en la semanita dura que se venía? (este miércoles jugaremos ante Cienciano y el fin de semana ante San Martín). El brasileño tuvo dos claritas -la segunda tras un jugadón- que erró, hay que reconocerlo, en gran parte por mérito del golero tacneño. Atrás las cosas funcionaron mejor y Cerda, esta vez jugando como extremo neto, no desentonó.
A la mayoría de hinchas puede no gustarle el desempeño del equipo, el rendimiento de ciertos jugadores o las actitudes de Reynoso; están en todo su derecho. Pero debemos ser concientes de la gravísima coyuntura en la que nos encontramos. La ‘U’ está muy cerca de desaparecer como institución. Si pierde los lotes de Campo Mar, se quedará sin sus principales armas de negociación ante el pedido de insolvencia realizado por la Sunat y dudo mucho que haya gente dispuesta a estirarnos la mano con tres directivos denunciados y una barra tildada de guarida de delincuentes por la opinión pública.
No es hora de enfrentarnos entre cremas. Aquella manoseada frase “La ‘U’ es más grande que sus problemas” resulta muy bonita escucharla, pero hace falta ponerla en práctica. El primer paso deberían darlo los candidatos a la presidencia con el cese de los ataques de uno y otro lado. Y, por qué no, poniendo a disposición del club sus mejores cuadros para encontrar una solución viable al descalabro institucional.
Paralelamente, hay que buscar la manera de darle tranquilidad al equipo a fin de que no se vea contaminado por estos asuntos. Es la única joya que nos queda y es nuestra obligación intentar mantenerla inmaculada. ¿Adiós a las críticas, entonces? De ninguna manera. La diversidad de opiniones ayuda a encontrar alternativas y en ocasiones funciona como un necesario baño de humildad. Sí podríamos, en cambio, ser más mesurados en nuestros comentarios y olvidarnos de las antipatías personales para evitar los menores cortocircuitos posibles.
Que no se entienda este pedido como un llamado a la impunidad. La ley hay que cumplirla, en particular aquellos que se disfrazan de hinchas y nos llenan de vergüenza con sus actos delincuenciales.
Ante las dificultades, la familia crema tiene que estar más unida que nunca. No nos queda otra.