Con nuevos aires a Buenos Aires
Más allá de bajarnos al puntero jugando mejor y con algunas actuaciones destacadas, lo mejor de la noche del domingo fue la reaparición de Raúl Ruidíaz y Miguel Torres. Apenas pisaron el césped del Monumental las sonrisas se multiplicaron en el rostro de los hinchas. Sería un exceso ponerles la chapa de salvadores, pero si la fe se midiera en gramos, esta creció en varios cientos. A Buenos Aires vamos con todo.
El Negro fue la gran figura de la noche. Video colgado por J.Jonasc19
El cierre de semana fue inmejorable luego de haber vivido días funestos no solo en lo deportivo, sino en el plano institucional. Conatos de enfrentamientos entre las juntas directivas que se disputan el control del club pusieron en relieve el escaso amor que ciertos personajes le tienen a la institución. En momentos en que más tranquilidad debía tener el plantel, ambas bandos se enfrascaron en una rencilla absurda, mientras los rumores de que Juan Reynoso renunciaría se acrecentaban. Esta vez sí fue efectiva la decisión de que el plantel no tuviera contacto con la prensa y frente a Vallejo el equipo mostró estar distante de estos problemas.
Ante los trujillanos vimos el libreto de siempre (nuevamente se abusó de los centros, esta vez desde la izquierda), pero con algunas variantes individuales: en función de lanzador, ‘Manzanita’ estuvo más fino y generó situaciones de peligro (el pase que derivó en el segundo penal salió de sus pies), mientras que Mario Soto confirmó su capacidad para descomprimir situaciones complicadas en base a pelotazos largos.
Aunque a Torres y a Ruidíaz se los vio aún faltos de fútbol, le dieron otro ritmo al ataque merengue, sobre todo cuando Vallejo se fue en busca del empate y los espacios se agigantaron, facilitando el juego de contra.
El regreso de ambos aporta más alternativas en los últimos metros y, sobre todo, representa un soplo motivacional que el equipo -y la hinchada- necesitaba a gritos. ¿Basta para ir por la hazaña a Buenos Aires? No, pero ayuda mucho. Lanús necesita del triunfo para clasificar, así que va a presionar desde el primer minuto, lo cual podría serle favorable a la crema si repite su conocido trabajo de recuperación de pelota y a ello le añade rapidez para habilitar a sus delanteros.
En el partido que nos jugamos todo, el campeón llega con el máximo de su poderío. Y con otro ánimo. Hagamos fuerza desde aquí para que aquello que parecía virtualmente imposible la semana pasada se haga realidad este jueves (el partido va a las 5:30 p.m.). Hinchemos para que el Negro y sus muchachos nos traigan desde Buenos Aires la alegría de la clasificación.