A un año de la muerte de Walter Oyarce
Como algunos de ustedes saben, cada jueves publico una columna en la versión impresa de El Comercio en la que opino sobre diversos temas relacionados con la ciudad y, de vez en cuando, con el deporte. A un año de la muerte de Walter Oyarce, comparto con ustedes uno de esos artículos, publicado un mes atrás.El Caso Oyarce, lección no aprendida
Publicado el jueves 23 de agosto del 2012
Para algún fundamentalista de tribuna esto puede resultar una herejía, pero como hincha deUniversitario nunca dejaré de repetir que el 24 de setiembre del 2011 sentí vergüenza deserlo. La tarde que asomaba perfecta por el triunfo sobre el rival de toda la vida –jugando en casa y con un gol en el último minuto – se transformó en la más triste de las tragedias con la muerte de Walter Oyarce.
No encuentro manera de recordar ese clásico con alegría. Es más, he tenido que volver arevisar el video para revivir los goles, identificar a sus autores y las circunstancias en que seprodujeron. Los detalles que guardaba mi memoria de ese partido quedaron sepultados por elhorror causado por la desaparición de un joven cuyo único delito, a juicio de sus presuntoshomicidas, fue ser hincha de Alianza Lima.
Recuerdo sí, ciertos comentarios que se hicieron luego, algunos cargados de una violencia que aún me estremece.
Hubo simpatizantes de Universitario que intentaron justificar esa desgracia esgrimiendo argumentos deleznables, francamente vomitivos, en foros y redes sociales. Dijeron que Oyarce tenía un carácter irascible y provocador, que se había buscado la muerte porque había tenido la osadía de vestir una camiseta con los colores de su club en un estadio ajeno. De distintas maneras trataron de encontrarle sentido a la acción de un grupete de salvajes que acabó con la vida de un muchacho que este 29 de setiembre hubiera cumplido 25 años de edad.
Han pasado solo 11 meses, pero parecen muchísimos más. La familia de Walter ha tenido que lidiar no solo con el dolor inmenso que debe representar sobrevivir a un hijo, sino también conuna justicia atortugada e indolente, ávida por la leguleyada y repleta de burocratismos absurdos. El proceso aún se encuentra en la etapa de investigación fiscal y si bien el informe pericial confirma lo que señalaron varios testigos –es decir, que Oyarce fue empujado al vacío –, se aguarda que los familiares del ‘Loco David’, uno de los acusados, presenten también su propia investigación en las próximas semanas.
¿Hemos aprendido algo de esta tragedia? ¿Ha mejorado la seguridad en los estadios? ¿Las hinchadas han modificado sus comportamientos? Las aguas se han calmado en los estadios de la Primera División, pero acudir a un partido de fútbol aún sigue siendo una aventura impredecible, sobre todo por la inseguridad existente en los alrededores.
En la Copa Perú, el torneo de ascenso más importante del país,prácticamente no hay semana en que no ocurra una gresca con hinchas involucrados. Pero como las imágenes son transmitidas como si fueran parte de una secuencia de curiosidades, solo causan risa, sin provocar siquiera una mínima reflexión.¿Estamos esperando otro Walter Oyarce para reaccionar?
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.
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