Con esa fe de ayer, con esa fe de hoy
Sería una estupidez mayúscula pensar que el título ya es crema, que la contundencia mostrada en el Monumental es sinónimo de una superioridad irremontable, pétrea y sin fisuras. El partido de este miércoles, en Huancayo, quizás se parezca más al jugado en el Cusco por una condición ineludible: la altura. ¿Cómo debe afrontar la ‘U’ este compromiso? Con inteligencia, sin aspavientos, reconociendo sus limitaciones y el valor de sus virtudes. Pero, por sobre todo, creyendo en sí misma.
Cuando enfrenta a un equipo que juega al fútbol, Garcilaso sufre. El segundo tiempo en Espinar y el partido del último domingo así lo demuestran. La velocidad del rival aturde a sus defensas y desestabiliza a sus volantes centrales que recurren a la violencia sin miramientos. Si Carrillo hubiera obrado de acuerdo al reglamento, Bogado habría dejado la cancha a los 17 minutos y al menos otro de sus compañeros le habría seguido los pasos después. He ahí la fórmula para ganarle a los celestes: jugar a la pelota, con picardía y velocidad. Universitario sabe hacer eso y, por momentos, lo hace con brillantez. Esa es la fórmula. No hay otra papá (Checho dixit).
Para la cita en el Monumental había que tirar toda la carne en el asador, es decir, apostar por Guastavino desde el vamos y definir el partido con prisa. El plan salió a la perfección: el uruguayo volvió a ser fundamental por su movilidad y buen pie. Además, tuvo buenos socios en Gómez, Ruidíaz, Rainer, Canchita y hasta el ‘Chapu’, quien apareció por ambas puntas. Luego se cometió el error de entregarle la pelota al rival y hubo momentos de zozobra, acentuados por las debilidades de los centrales y las inconsistencias de Carvallo.
Los ingresos de Romero y Guarderas devolvieron algo de equilibrio a la mediacancha. También fue fundamental la presencia de Miguel. Con el vendaval celeste en su punto crítico, otro técnico hubiera sumado un defensa o un volante de atraque, pero Comizzo es de los que mira siempre adelante. Con Torres, el mensaje para ‘Petróleo’ fue que se preocupara, que si seguía atacando a la loca iba a sufrir en la contra. Y así sucedió.
Pero, decíamos, el partido del miércoles se parecerá más al del domingo anterior por la altura, así Huancayo este 700 metros más cerca del mar que Espinar. ¿Qué hacer? En cuanto a alineación, tapar a los laterales rivales parte como obligación ante la previsible lluvia de centros que caerán sobre el área merengue. Probablemente el ‘Chapu’ seguirá en la alineación para, junto con Gómez, cerrarle el paso a Herrera. Por derecha esa labor la pueden hacer Rainer y Chávez. A ellos yo sumaría un volante central más: Romero -al parecer podrá alinear pese a sus dos amarillas- para que Toñito tenga un respiro y, a su vez, los centrales no reciban todo el peso del ataque.
Defensivamente, el equipo tiene serios problemas. Galliquio no anda en buen nivel, Duarte no muestra la solidez que alcanzó en determinados momentos del torneo y Carvallo si bien es un estupendo atajador, anda muy suelto de manos. Sin embargo, intentar algún cambio en estos momentos sería suicida. Además, reconozcámoslo, sus reemplazos tampoco ofrecen solidez. Habrá que confiar en ellos, pedirles extrema concentración y -¡por favor!- simpleza. El del miércoles es el partido del año y bajo esos cánones hay que jugarlo.
GUASTAVINO: A LA BANCA
Así como pedí que fuera titular en el post anterior, esta vez creo que no debe arrancar. El uruguayo es, hasta el momento, el jugador de los ‘play off’. En el Monumental tuvo momentos estupendos, sin embargo, no parece tener fuelle ni consistencia para aguantar los 90’ (si los tuviera, es obvio que no jugaría en el Perú). Además, es la única carta de Comizzo para cambiarle la cara a un partido complicado ( ¡Cuánto habría ayudado a los 15’ del segundo tiempo un reemplazo de sus características!) Al Guasta hay que guardarlo para el complemento, sea para que funja de cerrajero frente a una defensa blindada o para renovar el libreto de un ataque repetitivo.
Del resto, no hay más que decir. Es lo que tenemos, es lo que hay. Ruidíaz, Canchita, Rainer, Toño tienen sus altas y sus bajas. Con ellos, se ha llegado a esta instancia inimaginable hace apenas 11 meses, luchando contra errores, falencias, goleadas y enormes tristezas. Esta ‘U’, la ‘U’ de Comizzo, ha hecho mucho, demasiado, con muy poco.
El domingo, muy temprano, leía a algunos hinchas en el Twitter manifestar su nerviosismo, su ansiedad por lo que se venía. Es normal sentir todo eso y más. En la crónica del partido que firma hoy Miguel Villegas en DT de El Comercio hay una frase para tener presente en estos momentos: “Los que no saben reconocer la historia es porque nunca se atrevieron a escribirla”. Universitario tiene historia. Y este equipo, con todas sus limitaciones, tiene fútbol y, sobre todo, garra.
Tengan fe.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.
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