Y sí, pues, a Chemo no le iban a perdonar una
Luego del empate boliviano, cuando el partido se moría, probablemente muchos recordaron esto…
Y con razón. En las redes sociales Chemo del Solar ha sido blanco de innumerables críticas, algunas furibundas, como si no fuera el heredero forzoso de un equipo con respirador artificial. Pero esos son los tiempos actuales, esas son las reglas a las que es necesario atenerse, sobre todo quienes deciden involucrarse en la aventura de ocupar uno de los puestos más peligrosos del mundo: entrenador de fútbol (y si lo es de un club grande, peor).
Cuando The Strongest empezó a manejar el partido a partir de su intensidad para el anticipo y su mejor juego por las bandas, se imponía un cambio en la mediacancha. Era hora del ingreso de un auxilio para Toñito o, mejor, un reemplazo, a fin de que las acciones se desarrollaran lo más lejos posible del área propia. Chemo hizo la misma lectura, pero adoptó otra fórmula: optó por meter dos extremos, primero Torres y luego Olascuaga. El objetivo era detener a la visita en su propia cancha y recuperar la vocación ofensiva. El remedio no resultó y el empate, que se caía de maduro, llegó sobre el final. Errores de ubicación -defensores plantados como árboles centenarios- y otros de tipo individual (en el segundo, creo que Carvallo pudo hacer algo más), determinaron un empate dolorosísimo que, sin embargo, libra a Universitario de la vergüenza de acabar esta campaña copera sin puntos que sumar.
Los entrenadores son solo eso, entrenadores, no son magos capaces de cambiar realidades desastrosas con cuatro días de trabajo. La ‘U’ mostró un rostro distinto en el primer tiempo porque se lo vio más motivado, alerta, alegre. Además, el doble cinco le dio respiro a la defensa, circulación a la volante y aparecieron alternativas vedadas durante la era Comizzo como los pases largos y cruzados.
Y, aunque suene tonto, se vio algo que parecía olvidado: vocación ofensiva. Se crearon más situaciones de gol que en los 13 partidos de la temporada. ¡Se pateó al arco! Símbolo de esa mirada fue el golazo de Ruidíaz, una pintura propia de un partidazo, que pareció el reencuentro con el maravilloso pichichi del 2013.
Luego hubo ráfagas del campeón: intensidad para la recuperación del balón, rapidez para desplazarse en ataque, cierta movilidad. The Strongest no era una máquina, pero le mejoría era sensible frente a la pobreza mostrada en lo que va del año.
Pero la ‘U’ era más motivación que fútbol. Hace falta mucho más que un sacudón emocional para jugar bien a la pelota. El 3-3 final es una clara demostración de ello.
La principal alerta, sin embargo, fue el poco resto físico que mostró el equipo, sobre todo en los últimos 25 minutos. ¿Signo de que algo falló en la pretemporada o que el entrenamiento ‘invisible’ no se está cumpliendo a cabalidad?
Ý he aquí otra tarea monumental por acometer: la falta de fortaleza mental. No solo para manejar un partido que se tenía ganado en el marcador y en el juego, sino para resolver situaciones de apuro. El ‘blooper’ que originó el primer empate de la visita resume el tamaño de la ansiedad y frustración que mantiene abrumado al plantel.
Chemo va a tener que hacer un trabajo de reconstrucción, prácticamente tendrá que empezar de cero. No solo deberá recuperar futbolísticamente a un equipo agonizante, sino también hacerle entender a algunos muchachos que el fútbol es una carrera muy corta e ingrata, y que si creen que ya lo lograron todo por tener un carro del año y un par de portadas en los periódicos, no merecen llevar puesta la camiseta que hicieron grande Lolo Fernández y Héctor Chumpitaz.
Espero sus comentarios, un abrazo para todos.
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Bonus track. Si la situación deportiva es preocupante, lo es más la institucional. A través de una conferencia de prensa, Indecopi informó que el club debe más de 250 millones de soles (la cifra podría subir, ya que aún existe una acreencia pendiente de un arbitraje) y que la junta de acreedores debe reunirse en mayo. En ese momento se decidirá si Right Business continúa en el comando del club o se nombra otro administrador que, en base a lo acordado por la junta, determinará de qué manera se pagará la deuda.
Como he señalado varias veces, la única opción razonable es la venta de activos (Campo Mar o el Lolo). Respecto a la necesidad de transformar el club en una sociedad anónima, entregar su gerenciamiento a una organización externa o mantenerlo como una asociación civil sin fines de lucro, no tengo una posición formada, ya que todas tienen sus pro y sus contra. Lo importante es que quienes manejen la institución sean gente seria, rasgo que estuvo ausente en las últimas juntas directivas.