Universitario... ¿un puntero mentiroso?
El compadre le hizo un favor a Universitario con su victoria en el Gallardo. El equipo de Chale se mantiene en el tope del acumulado, pero con escasa diferencia sobre sus perseguidores. El menor pestañeo le puede hacer perder todo lo que ganó con tanta brillantez en el Apertura.
Antes del triunfo sobre Municipal del último sábado- con notable actuación de Cáceda y Rengifo-, para definir la campaña en el Clausura bastaba una palabra: desastre. Bastaba con darle una mirada a los números:
0-2 ante Ayacucho en Lima
0-2 ante Aurich en Chiclayo
2-2 ante La Bocana en Sechura
0-3 ante Huancayo en Lima
2-5 ante Melgar en Arequipa
El recurso de culpar de los malos resultados a la ausencia de los seleccionados no se sostiene. Si bien enfrentar un torneo sin seis jugadores debilita a cualquier equipo, la gran deuda de la ‘U’ estaba -y está- en su juego. Ya con el plantel completo, la crema lucía desequilibrada. Sus notorios problemas defensivos eran maquillados por el cuarteto de aviones que tenía adelante. Cada pelotazo en área propia era un sufrimiento eterno en la hinchada que se aliviaba cuando la tomaba Guastavino y Orejas, Polito o Ruidíaz encendían la moto.
Una historia parecida volvimos a verla en la vergonzosa derrota de mitad de semana en Arequipa y en el primer tiempo ante Municipal. De haber tenido delanteros con la puntería más afilada, los ediles habrían terminado el primer tiempo con al menos un gol de ventaja. Si bien el ingreso de Balbín por Benincasa le dio un poco más de respiro a García -uno de los extranjeros más resistidos en la historia reciente del club-, el equipo lucía cortado y sin conexión con el trío de arriba, pese a los notables esfuerzos de Manicero por establecer algún tipo de comunicación.
Es cierto, la ‘U’ no jugó solo, Muni hizo su tarea (cortó las subidas de Cuba y Trauco, le respiró en la nuca a Flores, lo tapó a Guastavino, trabó el partido en el medio), pero era evidente que el merengue le facilitaba la labor. ¿Por qué no jugar desde el saque con un 9 de referencia?, ¿por qué quitarle espacios al Orejas, aislarlo al ‘Guasta’?
Afortunadamente, el banco corrigió en el segundo tiempo: con Rengifo hubo un nueve verdadero y con el Orejas de enganche, hubo mayor comunicación con Guastavino. Ayudó también que tras, el segundo del Charapa, Muni bajara las brazos. Al partido le sobraron 15 minutos por la falta de rebeldía de los ediles. Y la ‘U’ manejó las acciones con tranquilidad.
Aun en sus mejores momentos, en este rincón dijimos que la crema era un equipo desequilibrado en lo táctico y que necesitaba mejores respuestas en el banco. Nadie discute el enorme mérito de Chale para salvar al equipo del descenso el año pasado y armar un plantel que, ofensivamente, hizo un fútbol alegre, a ratos espectacular, que entusiasmó al hincha y al más escéptico de los críticos. Pero la ‘U’ necesita más. La motivación es un factor importante en el éxito de los equipos, mas no el principal. Sin una idea de juego preconcebida, sin argumentos para reforzar el libreto o, eventualmente, cambiarlo si las circunstancias lo exigen, no hay manera de ganar. O, digámoslo bien, quizá a nivel local, es posible hacerlo. La mediocridad de nuestro Descentralizado fabrica campeones de papel. Cuando la exigencia es mayor -ya se viene la Sudamericana- no hay espacio para las disculpas.
Finalmente, solo por el manejo tan desprolijo del caso Ruidíaz, la administración temporal del club debería haber sido expectorada. Crucemos los dedos para que el cambio de Gobierno traiga también buenas nuevas para el manejo del club.