Carrie Bradshaw en Berlín (la calle, no la ciudad)
Es que en Lima no hay calle New York…
Trailer de la versión cinematográfica de Sex & the City, con subtítulos.
Déjenme contarles una historia. Hace dos semanas me encontré con Alicia Bisso en la entrada del Centro Cultural de la PUCP. Nos juntamos por motivos de trabajo. No sé si lo saben así que se los cuento de todos modos: cuando Alicia no busca novio, es una excelente agente de prensa, y precisamente por ese motivo nos estábamos juntando.
Una vez sentados en la cafetería -frente a la librería, al lado de la escalera-, tomamos agua (ella con gas y yo sin) y conversamos de cualquier otra cosa. Nada de trabajo felizmente.
Me encantó verla. Estaba muy emocionada porque acababa de llegar de Nueva York y porque había comido en el Tavern on the green, si mal no recuerdo. Me habló con entusiasmo –como saben es una mujer apasionada- de lo rico que era, de que la comida en realidad sí valía la pena y de que era muy feliz porque para ella visitar Nueva York, en plena locura publicitaria de la esperada versión fílmica de Sex & the city, era algo así como un pequeño sueño hecho realidad.
No recuerdo sus palabras exactas pero fue algo del tipo, “me gustaría escribir sobre la serie porque en realidad yo no veo mucha televisión pero esa serie sí me gusta y como sabes a veces a los bloggers de El Comercio nos piden que no nos crucemos con los temas así que te quería preguntar si estaba bien si escribía sobre Carrie la protagonista de la historia”. Lo dijo así, sin comas, de un solo tirón, aunque también puedo equivocarme. Si bien a mí me parece una serie extraordinaria, es claro que no soy un fan como si me pasa con otras cosas (reventar las bolsitas de aire con las que embalan los electrodomésticos, ver Cowboy Beebop o Life in Mars… qué se yo). Acordamos hacer un pequeño especial. Ella postearía su particular relación con la serie (para que vean que la televisión sí te puede cambiar la vida) y yo escribiría la mía.
Alicia ha escrito un texto hermoso. Quienes quieran leerlo pueden hacer click aquí y saltarán en automático a su página.
El final de la serie, para quienes se lo perdieron.
Más bien hay cosas en la serie que, desde mi punto de vista, no son tan lindas. Aquí va mi parte del trato con Ali:
*¿Qué tanto puede hablar una mujer sobre zapatos? Carrie batió todos los records. Desde luego, me gustan los zapatos pero hacer una serie sobre mujeres solas que hablan de zapatos (¡¡¡durante seis años!!!) me parece demasiado.
*¿Qué tanto puede hablar una mujer sobre sexo? Carrie batió todos los records. Desde luego, me gusta el sexo pero hacer una serie sobre mujeres solas que hablan de sexo (¡¡¡durante seis años!!!) me parece demasiado. Aunque ahora que lo pienso, me encanta Alessandra Rompolla y espero que hable de sexo por lo menos unos tres años más.
*A esto llamo yo ficción: ¿Qué tanto puede comer una mujer sin engordar? ¿O una fashionista, que es más complicado?, “Las chicas”, que es como las llaman sus fans, se la pasan de lounge en lounge, de bar en bar y de restaurante en restaurante, “engullendo” (ellas no comen) todo lo que se puede y “chupando” (ellas no beben) cantidades navegables. Tanto muffin no puede quedar impune, y mucho menos tanto chocolate martini. Incluso el iVillage ha sacado una guía “gastronómica” de estas tragaldabas y créanme cuando les digo que en ella no se consigna ni la quinta parte de los sitios a los que estas mujeres despreocupadas por la cuenta calórica iban a banquetearse sin mesura.
*Si bien siempre me pareció que Carrie y sus amigas eran entretenidísimas, había algo que no terminaba de entender: su permanente histeria. Durante las seis temporadas (o siete si se duplica la temporada “partida”) se la pasaron episodio tras episodio persiguiendo hombres. Desde luego, celebro esa actitud en una mujer deseante, aunque no acabo de entender esa urgencia por un pene. Supongo que tiene que ver con el fenómeno “se me pasa el tren”: hay quienes piensan como Hugh Grant(erróneamente, me parece) que ir de cita en cita a los 35 está bien pero a los 45 es patético.
*Debo reconocer que también me exasperan sus paliativas –y eternas- jornadas de compras. No hay nada peor que esperar a que una respetable arrase con la tienda.
*A diferencia de Alicia, sí creo que hay chicas en la tierra que pueden llevar el estilo de vida de las protagonistas todos los días. Conozco en Lima a unas cuantas que si se lo propusieran serían idénticas. Estoy seguro de que en Nueva York debe haber por lo menos un par de centenas de millonarias (y no tan millonarias) que podrían costear sin esfuerzo algunos pares de Jimmy Choo, Louboutin, un Harry Winston o alguna otra gracia de famoso accesorista o diseñador de zapatos cada semana. Lo que me ocurre es que las chicas de Los años dorados o Wisteria Laneme parecen más divertidas.
*Hay manías que no me gustan: tolero la monkmanía pero no soporto la housemanía, me encanta la simpsonmanía pero no soporto la sex&thecitymanía. Hubo una época en la que todas las mujeres que conozco (nota mental: Javier, amplía tu mundo social) seguían semana a semana la serie por HBO, Cinecanal, Cosmopolitan Channel, The Film Zone, en todas ellas a la vez o por ATV, doblada al español, con un hilarante acento mejicano y como a las dos de la mañana. Por cierto, a propósito del acento, me cuenta Ximena (una amiga que les presentaré después), que cuando Steve le dio a Miranda un diamante en forma de pera que previamente Carrie había rechazado (“no hay peor insulto para una mujer que darle un diamante en forma de pera”, son las palabras textuales de Ximena), Miranda le respondió “¡qué te pasa pinche pendejo!”. Una genialidad.
Regias, exitosas y monotematicas amigas haciendo lo que mejor hacen: hablar de sexo.
*Este es quizá el punto más interesante (y una especie de resumen de todo lo anterior). Le pregunto a una compañera de trabajo de qué trata la serie Sex & the city. Roxana me responde que es sobre mujeres solteras de treintaytantos.
-¿Te sientes identificada?
-Sí, a veces –ella tiene treintaypoquitos y supongo que por eso solo se identifica a veces.
-¿Nueva York se parece a Lima?
Roxana deja de hacer lo que estaba haciendo y me mira con los ojos muy abiertos.
-Sí, son igualitas –me dice en broma.
Ximena, otra compañera solo que de veintialgunosperonopoquitos (ahora ya están presentados), ha estado escuchando todo y no puede contener su parecer (para las mujeres hay temas así).
-Claro, nos ponemos alta costura todos los viernes en la noche y venimos a trabajar en Dior…
Roxana y Ximena se visten bien, es verdad, pero no es que tengan un Barneys New York a la mano como Carrie & Co. (hay uno en L.A. que también se llama Barneys New York). Roxana ya no toma “cosmos” casi nunca y Ximena prefiere los martinis y no precisamente de chocolate. Las dos son chicas interesantes, instruidas, divertidas y tienen una vida personal estimulante aunque de eso no tengo evidencia. De lo que estoy seguro es de que son personas fascinantes, mucho más que Miranda y las otras locas de la tele. Ximena además es fan de los zapatos e incluso tiene un rollo al respecto. Creo que si se parecieran a Carrie me caerían mal y preferiría no trabajar con ellas. Hablarían todo el día de sexo y tendría que, de darse el caso, acompañarlas a probarse ropa por los siglos de los siglos. Aunque, pensándole bien, ¿adónde las acompañaría a comprarse ropa en Lima?
¿A una tienda por departamentos?
¿A un almacen?
¿A una de las 20 pequeñas y exclusivas boutiques disponibles?
¿A Gamarra?
Creo que ese es el principal problema con Sex & the city y con sus fans: Lima no es Nueva York aunque a veces nos gustaría que lo fuera. ¿O se imaginan un par de dolces en el Oso?
PD: Claro, tengo otra amiga que dice “been there, done that” y que no solo ha malbarateado dolces sino también los ha perdido. Evidentemente es una excepción.
PD2: Me han dicho que la película es un adefesio así que la voy a ver de todas maneras (seguro es un placer culposo, de los buenos).
PD3: Si quieres leer la columna original de Candace Bushnell, en quien se inspiró la serie de televisión, has click aquí.
PD4: Para quienes ya no pueden más con la sex&thecitymanía, Romina Massa ha preparado un texto muy informativo (ella también es fan).
PD5: Ojo: no es que me parezca una serie mala, solo que tengo las objeciones que expuse y que más que una crítica son una broma. Tampoco es que me parezca que solo hablan de zapatos y de sexo. Hablan de muchas cosas más. De hecho si tuviera que resumir la serie en una línea lo haría de la siguiente manera: un grupo de mujeres solas aprenden a querer y a quererse.
PD6: Y para que no digan que soy malo-maligno con “las chicas”, en cierta oportunidad consideré Sex & the city una de las mejores series de la historia (o por lo menos una de mis favoritas).
*Estimados lectores: Desde enero del 2009, el blog “Tv en serie” lo desarrolla Romina Massa. Este post escrito por el anterior blogger, Javier Masías, seguirá en línea pero sin opción de dejar comentarios.