¿El regreso de "La Liga de los Caballeros Extraordinarios"?
Me pongo a repasar algunas noticias sobre el mundo del cómic que han aparecido por allí y por allá y me detengo unos minutos en esta: 20th Century Fox alista un ‘reboot’ , una nueva adaptación fílmica de “The League of Extraordinary Gentlemen” (“La Liga de los Caballeros Extraordinarios”), los personajes creados por ese genio británico llamado Alan Moore.
Un filme distinto al del 2003 que protagonizó Sean Connery y que no le hacía ni honores ni tampoco cosquillas a la historia gráfica protagonizada por un grupo de personajes clásicos de la literatura –principalmente inglesa- de fines del siglo XIX y comienzos del XX.
A saber, un conjunto de héroes, antihéroes y villanos encabezados por Mina Murray (extraída de las páginas de “Drácula”), Allan Quatermain (“Las minas del rey Salomón”), Dr. Jekyll (“El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”), el Capitán Nemo (“20,000 leguas de viaje submarino”) y Hawley Griffin (“El hombre invisible”).
En la pantalla grande, por esas cosas que tiene Hollywood, Allan Quatermain-Sean Connery llevaba la escopeta caliente, era el macho alfa del grupo, el del brazo fuerte y la cabeza sobria. Además, se sumaban al equipo un héroe gringo como Tom Sawyer y otro personaje clásico como Dorian Gray.
En el cómic, recordaba, no sucedían las cosas así. Era más bien Mina Murray la que, convocada por el servicio británico secreto (el famoso MI5), inicia el reclutamiento de un equipo para que sirva a las órdenes de Su Majestad. Quien la alienta –por no decir, chantajea- es un personaje llamado Campion Bond (sí, ejem, Bond… Campion Bond) y quien primero se une en esta cuita es Nemo con su famoso submarino Nautilus –aunque no los veremos hasta varias páginas después de iniciada la lectura.
Inolvidables son las viñetas en las que Mina encuentra en El Cairo a Quatermain, un hombre destrozado por los años y el opio, delgado hasta los huesos, arrugado por el peso de sus actos, de cabellos greñudos y canos y sin ningún atisbo heroico a la vista. Es un harapo humano en un antro de mala muerte donde dos chinos intentan violar a Miss Murray, que nos permitirá confirmar que el corazón de guerra de Quatermain todavía late cuando actúe para ayudarla.
El siguiente en ser reclutado es un monstruo que ataca y mata a prostitutas en París, el señor Edward Hyde. En su persecución, digo, en su convocatoria cuentan con el respaldo del detective Auguste Dupin (¡y acá hago una pausa para aplaudir a ese genio llamado Edgar Allan Poe que lo creó!). Y finalmente, incorporan a un tipo que ha estado acechando sexualmente a las internas de un colegio de señoritas, quienes creían que estaban siendo violentadas por un espíritu con la libido a mil… Sí, en realidad el abusador era el Hombre Invisible.
Como se verá, no son personajes naif ni querendones los que integran esta Liga ni tampoco podemos decir que todos son muy caballerosos. Al contrario, hay una mezcla de cinismo con crueldad, honor con orgullo, valentía con tozudez en estos personajes que son una delicia para quienes han leído los libros donde nacieron pero que también adquieren vida propia para quienes no lo han hecho. Y una invitación, claro, a conocer más sobre ellos.
En fin. Recordaba que este variopinto equipo (el propio Alan Moore los bautizó, también con ironía, como “la Liga de la Justicia de la Era Victoriana”) se debía enfrentar a un villano de villanos como Fu Manchú, jefe del hampa china en Londres, aunque después habrán de descubrir que hay a otro rival de fuste oculto en las sombras, un tal Dr. Moriarty que tuvo un duelo especial con Sherlock Holmes en su historial.
Este primer gran arco argumental se centra en cómo los villanos-villanos quieren destruir la capital británica y emplean para ello armas y vehículos aéreos, en un juego de identidades cambiadas, alianzas quebradizas, traiciones a flor de piel y casos de nula moralidad (por no decir escasa humanidad).
En fin… ¡es un supercómic! Así de sencillo y fascinante, que se publicó en seis números en 1999 con el sello de America’s Best Comics y los dibujos de Kevin O’Neill.
Hubo un segundo arco en el 2002, solo que esta vez los enemigos eran marcianos que atacaban la Tierra (con claras reminiscencias a “La guerra de los mundos” de H.G. Wells). En esta historia se hace hincapié no solo en los miedos frente a un enemigo desconocido y superior, sino en las maneras como se debe enfrentarlo, incluida un arma creada por el Dr. Moreau (otro personaje clásico) que pondrá nuevamente sobre la balanza el tema ético.
Pero en esta segunda entrega también seremos testigos y lectores de las distintas reacciones que genera la presencia de Mina Murray en sus compañeros de aventuras; el lado no bestial que todavía guarece en Hyde (y no me refiero a Jekyll), y las sinuosas y reptantes actitudes de Griffin.
Inolvidable es el primer ataque de los marcianos, quemando a cuanto ciudadano con bandera en blanco se acerca a ellos, incluidos niños a pie y bebes en brazos, así como el turbulento encuentro sexual de Mina con Allan que estará marcado por las huellas –literalmente- de sus pasados.
Y ni hablar de cómo Hyde toma venganza contra alguien –no digo quién para no arruinar el momento-, en lo que constituyen algunas de las páginas más difíciles de ver del cómic sin sentir un poco de repulsión. Y mejor aun, cuando sentado frente a una mesa les cuenta a otros comensales que se ha encargado de darle vuelta a ese alguien al tiempo que su camisa blanca empieza a mostrar manchas de sangre que se hacen cada vez más y más y más grandes.
¡¡¡Tremendo!!!
En el 2008, Moore y O’Neill publicaron “Dossier Negro”, una historia ambientada en 1958 donde Mina y Allan deben escapar con el expediente que contiene un montón de datos y referencias a la formación del equipo. Se trata de un ejercicio de metalenguaje y empleo de distintas posibilidades gráficas y textuales –incluidas varias páginas en 3D- muy propias del genio creativo de Moore y la habilidad de O’Neill.
En este punto del devenir de la Liga se suman más personajes, como el ladrón Anthony John Raffles, el ocultista Thomas Carnacki y el longevo Orlando que se codea por igual con dioses, semidioses y seres históricos.
El tercer gran arco argumental de “La liga de los caballeros extraordinarios” se ambienta en los años 1910, 1969 y 2009 (son números de 72 páginas con historias que se desarrollan en cada uno de estos años), donde el enemigo a enfrentar es una secta de culto satánico. En estas entregas hay numerosas referencias ya no solo a la literatura clásica, sino a la cultura popular con menciones a personajes musicales, cinematográficos, televisivos y periodísticos.
Además, está la trilogía basada en Janni, la hija del capitán Nemo, y sus aventuras al frente de la tripulación del Nautilus. Un claro spin-off de la serie.
Pero bueno, todos estos recuerdos se superponen mientras leo que 20th Century Fox anda a la búsqueda del director que materialice la nueva película, aunque todavía no me hago muchas esperanzas, pues hace un par de años Fox también dio a conocer que preparaba una serie para la TV con los personajes que no prosperó.
Mientras tanto, me he puesto a releer los cómics que tengo en mi biblioteca y escribo este post cargado de cariño hacia personajes tan disímiles y difíciles de olvidar.
¿Y TÚ HAS LEÍDO O TE GUSTARÍA LEER LAS HISTORIAS DE “THE LEAGUE OF EXTRAORDINARY GENTLEMEN”?
p.d.: Cerrando este post he cedido a una recomendación y me he puesto a ver el primer capítulo de “Penny Dreadful”, una serie con personajes victorianos que forman un ‘dream team´ para enfrentar a vampiros. Me he pegado, admito. Me van estas historias corales…