¿Estás contento con tu impresora?
Díganme la verdad. ¿Siguen considerando a su impresora como un elemento fundamental en su relación de aparatos tecnológicos? Quizás se deba al tremendo abaratamiento que han sufrido sus equipos más primarios y a la facilidad que tienen muchas personas para acceder a una multifunción. ¿Pero realmente la impresora que tienes en casa se ajusta a tus necesidades? Lee este post y deja tu comentario.
Recuerdo que la primera impresora que tuvimos en casa fue una Epson LX-810. Sí, de esas grandes, que usaban cinta negra y con cabezal de pines. Esas que hacían una bulla terrible, demoraban increíblemente para imprimir una sola hoja… y lamentablemente muy similar a las que aún podemos encontrar en alguna comisaría u oficina estatal del país.
Les estoy hablando de hace más de 15 años. En ese entonces con que los documentos se imprimieran en un estado óptimo bastaba. El tema de las fotos u otros gráficos aún no era importante. A esa impresora le dimos duro… pero sinceramente, nunca más he vuelto a utilizar otra.
Tengo PC, pero no tengo impresora. Cuando se me planteó hacer este artículo y empecé a conversar con algunos protagonistas me di cuenta que la cosa había cambiado radicalmente. La cinta no se usa más –por lo menos no a nivel de usuario doméstico- y ahora la cosa está entre las impresoras de inyección de tinta o las láser.
Confieso que tenía la idea de que las láser eran mejor y que, si me compraba una impresora, debería ser una de ese tipo. Ahora mismo, mi real necesidad es para imprimir todas las fotografías que le he tomado (y que le han tomado otros familiares) a mi hijo. Entonces, pensaba, si consigo una impresora láser mis fotos serán las mejores, casi como las tradicionales.
Conversando con la gente de Lexmark me enteré que las mejores impresoras para imprimir fotos –es decir, con una calidad muy similar a las normales- son las de inyección de tinta. Y que incluso ellos vendían un cartucho especial para hacer que la calidad sea mejor. Me dijeron que las láser en realidad son mejor aprovechadas cuando se trata de imprimir por cantidad, pues allí recién se ve el fruto de la inversión. Si se usa de vez en cuando, es mejor una de inyección.
Ojo, lo que me recalcaron fue lo siguiente: si uno quiere volumen tanto para copias, escaneos o impresiones de documentos o fotos siempre será más rápido y barato recurrir a un centro especializado.
En una visita a las galerías de la avenida Wilson una empleada de una tienda especializada en tintas me explicó un poco más al respecto. Me enseñó como son los cartuchos de tinta originales y compatibles –que se usan en las máquinas de inyección de tinta- , me mostró packs de tintas para que uno mismo pueda recargarlos (solo disponibles para algunas marcas) y me dijo que también venden la tinta a granel (aproximadamente 50 soles el frasco). También me enseñó los tóner que se usan en las máquinas láser.
También me contó sobre la existencia de algunos cartuchos que venían con el cabezal incluido, de manera que cuando uno los cambiaba como que revitalizaba la impresora. Me dijo que existen cartuchos intercambiables de otra marca, que es más barata, pero el problema es que el cabezal es separado. Así que cuando esta pieza se malogre, el repuesto podría costar tan igual que la misma impresora.
Lo que me quedó claro después de todo esto es que, como sucede cada vez que uno está frente a una potencial compra de un aparato tecnológico, es fundamental delimitar bien cuáles son nuestras necesidades y qué dispositivo será el que las podrá satisfacer con más eficiencia.
No necesariamente el más barato o el que tenga la última tecnología será el que nos sirva. ¿Y ustedes qué opinan?
- Aquí encontrarán la posición de un fabricante con respecto a las cargas “ilegales” de cartuchos.
- Aquí encontrarán una definición simple y sencilla de lo que son las impresoras láser y las de inyección de tinta. Es un documento en formato PDF y la información está en la página 15.
- Un artículo sobre impresoras para todo propósito, de About.com
- Este comparativo es hecho por MercadoLibre.com.
Bruno Ortiz B.