El sida: la lucha es contra la discriminación

Hoy publicamos una nota con respecto al Día Mundial de Lucha contra el Sida. Conversé con la doctora Patricia García, jefa del INS. Ella me comentó sobre todo lo que se ha conseguido en esta lucha contra la enfermedad en casi 25 años. Si bien hay cosas que venimos escuchando desde hace mucho tiempo, lo importante es repetirlas para que queden bien grabadas y evitar que la enfermedad se siga propagando. Ahora, gracias a que contamos con estadísticas más precisas se pueden tomar mejores decisiones. Además, el uso de preservativo sigue siendo la mejor arma de prevención, pues casi el 98% de las transmisiones continúan siendo por relaciones sexuales sin protección. Si quieres saber más y conocer, entre otras cosas, los mitos y verdades del uso del condón, sigue leyendo.

La doctora me contó que la información con la que se cuenta ahora es, por una parte, la del Ministerio de Salud gracias al registro de casos reportados de sida y por vigilancias centinelas a grupos de riesgo, como son hombres que tienen sexo con otros hombres o trabajadoras sexuales.

“Gracias a esto se sabe que la prevalencia de la enfermedad en el grupo de hombres que tienen sexo con otros hombres va entre 12% y el 18%; y en el caso de las trabajadoras sexuales va desde el 0,3% hasta el 2%”, señaló la doctora. Además, me explicó que desde el 2002 se está realizando un estudio muy grande llamado Prevén, del cual se conocerán las cifras finales en febrero o marzo del próximo año.

“Hemos trabajado en 20 ciudades recogiendo información, haciendo encuestas poblacionales puerta a puerta, con jóvenes de 18 a 29 años. Pero además de la encuesta sobre sus comportamientos sexuales demográficos hemos tomado muestras de sangre, orina y soplado vaginal. Esos datos se han ido compartiendo con Onusida, el Ministerio de Salud y que incluso se han usado en el Plan Estratégico Multisectorial de Prevención contra las ITS y el VIH/sida en el país”, explica.

Estos estudios han permitido determinar algunas cosas, como que la epidemia existe pero concentrada en algunos grupos. Por ejemplo, se sabe que la cantidad de hombres que reportan alguna vez haber tenido una relación sexual con otro hombre llega al 8% de la población. “Esto no puede significar que debamos estereotiparlos, pero se han expuesto a un riesgo porque además menos de la mitad reporta haber usado condón cuando tuvieron esas relaciones. Y si sabemos que del 12% al 18% de estos hombres son positivos al VIH, es como jugar a la ruleta rusa”, detalla la doctora.

Y se sabe que pese a estar identificados los grupos, hay ‘puentes’ que son los que propagan la enfermedad a mujeres y a niños.

Mensaje claro
La doctora García explica muy claramente cuál es el mensaje que se debe tener bien en claro: “Si vas a sacar los pies del plato, ponte medias. Protégete con condón para que no te resfríes ni resfríes al resto”. Simpática analogía, pero muy clara.

Mitos y verdades del condón
La idea de que el condón tiene poros, es cuento. Si fuera cierto, no se podría soplar uno y convertirlo en un globo, ni mucho menos llenarlo de agua. “El virus del VIH es más grande que una molécula de aire y si el aire no se escapa, el virus menos”, dice García.

“Pueden haber condones fallados”, se puede pensar. Pero existen controles de calidad muy altos para este tipo de productos.

“Si el ministerio los regala no son buenos”. Falso. Los condones que compra el ministerio cuentan con las más altas especificaciones técnicas y que además pasan por controles de calidad internacionales y luego por controles de calidad locales. Se reparten gratis porque el Estado tiene la obligación de asumir el costo. Pero los precios se rebajan porque no tiene un empaque colorido ni muy elaborado, no tiene muchos colores y se compran por cantidad. No se sacrifica calidad por precio.

Enlaces de interés 

• Más información sobre el proyecto Prevén
• Plan Estratégico Multisectorial de Prevención de las ITS y VIH/sida 2007-2011
• El último informe de ONUSIDA sobre la enfermedad en el mundo
• Vigilancia Ciudadana en VIH/sida

Bruno Ortiz B.