Yo también quiero una entrada
Una de las tareas pendientes que tengo es llevar a mi hijo al estadio a ver un partido de la selección. Más allá de que se gane o se pierda, creo que es algo que todos debemos hacer una vez en la vida. Sin embargo, cada vez más parece una misión imposible. No solo es por los precios de las entradas (especialmente en los partidos de las Eliminatorias) sino por el mecanismo de compra.
Sigue vigente el ritual de siempre: acercarse a un punto de venta (el estadio o algún supermercado), hacer una fila (que puede dar la vuelta a la manzana) y esperar. ¿Cuántas horas/hombre se podrían ahorrar usando la tecnología?
Desde hace varios años ya se venden entradas para conciertos y obras de teatro en línea. Desde hace poco, una aplicación nos permite comprar entradas para el cine usando nuestro celular, con lo cual nos evitamos las colas y nos aseguramos lugares numerados. ¿Por qué no se puede emplear el mismo mecanismo para vender las entradas al estadio? Yo creo que sí es posible.
Una de las preocupaciones de las autoridades es combatir la reventa y por eso se restringe la cantidad de entradas por comprador. ¿No sería más fácil de controlar si se hace la compra en línea? Tanto para cuando se requiera el número del DNI por entrada vendida como para cuando varias estén asignadas a un mismo DNI, el seguimiento sería más sencillo. ¿Y no le parecería mejor si es que pudiera usted tener la certeza de cuál asiento ocupar?
Solo necesitaría una cuenta en el banco, conexión a Internet (fija o móvil) y un dispositivo móvil para la transacción. Fíjate en todos los otros actores que se beneficiarían si entrara a tallar la tecnología para modernizar la venta de entradas. Entonces, ¿creo que vale la pena la inversión en tecnología, verdad?