Las máquinas aún no despiertan
Aunque parece un término nuevo, este año cumple exactamente 60 años. Fue John McCarthy, uno de los pioneros de la computación, quien acuñó el término “inteligencia artificial” y lo definió como “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cómputo inteligentes”. Y si bien hasta el momento no existe alguna computadora que pueda imitar completamente el pensamiento humano, se ha avanzado mucho en los últimos años.
En 1950, Alan Turing creó su famosa prueba, vigente hasta hoy. Esta busca que no se pueda distinguir si se está interactuando, a través de preguntas y respuestas, con una persona o con una máquina.
En 1996, se decidió probar la capacidad de la supercomputadora Deep Blue de IBM. Se enfrentó a unas partidas de ajedrez, contra el entonces campeón mundial Garry Kasparov. En el primer encuentro, el humano ganó. Al año siguiente, la revancha fue de la máquina.
En el 2011, IBM presentó a Watson. Ahora, el reto fue participar en el programa estadounidense de preguntas y respuestas “Jeopardy!”. La máquina se enfrentó a los campeones humanos y ganó.
Esta semana, AlphaGo –desarrollada por Google– va ganando dos de los cinco juegos de Go, un juego de mesa chino, al campeón mundial Lee Sedol.
¿Qué es lo que buscan? Someter a las máquinas a desafíos que mejoren su procesamiento de información, contextualización y elección de la respuesta más adecuada. Aunque se ha avanzado mucho, falta más para ver la inteligencia artificial que nos muestra la ciencia ficción.
Robots independientes como C3-PO, Terminator o la sorprendente Ava, de la película “Ex Machina”, están aún lejos.