¿Cómo practicar yoga fuera del mat?
El yoga es más que pararte de manos. Lo he escrito alguna vez y si te gusta leer sobre yoga, pues lo leerás mil veces más: las posturas son divertidas y tienen beneficios directos en la mente y el cuerpo, pero son solo una parte de todo lo que significa la experiencia de vivir en yoga. Hay cosas que se deben practicar también cuando enrollas el mat.
Y soy bien sincera: se vive bien (bastante bien) cuando comienzas a aplicar ciertas cosas que son parte de la filosofía del yoga en tu día a día. Estás más calmado, no tomas las cosas por sentado. Gritas, sí. Obvio. (especialmente en días electorales). Te enfureces también, pero sonríes más. Todo fluye mejor.
No es invento mío. La filosofía del yoga se escribió hace miles de año. El autor: Patanjali. Creo que el universo nos manda genios cada cierto tiempo para darnos pautas de cómo vivir mejor. Él fue uno de ellos.
Él escribió los “sutras” y dentro de ellos están especificadas las 8 ramas del yoga.
En este post: los dos primeros.
Yamas, que resumen nuestra relación con el mundo. El maestro Iyengar escribió sobre ellos: “Explican los códigos de comportamiento ético que deben observarse y seguirse en la vida cotidiana, y nos recuerdan nuestras responsabilidades como seres sociales”. Estos son la práctica de no ser violento con nadie, humano o criatura en el mundo (ahimsa), tener compromiso con la verdad (satya), no robar (asteya), ser fiel (brahmacharya) y no sobreacumular (aparigraha).
Niyamas. Según Iyengar: “Niyama es la corriente positiva que aporta disciplina, elimina la inercia y da forma al deseo interno de seguir el camino del yoga”. Estos son la práctica de la limpieza del cuerpo y mente (saucha), de estar contento (santosha), disciplina (tapas), estudio constante (svadhyaya) y la rendición ante la voluntad de Dios (Isvara pranidhana).
Namasté.