Dinacharya: una rutina poderosa. ¿Qué es? Ruslan Kleytman lo explica
Vamos por partes. ¿Quién es Ruslan Kelytman? Es una maestro de yoga, con más de quince años de experiencia, quien regresará este año a Lima para dictar un profesorado del 3 de setiembre al 2 de octubre. (Si quieres saber más sobre el curso, dale click aquí. )
Conversé con él por Skype, entonces, para hablar (obvio) sobre yoga. Para él es importante que no se pierda lo que realmente significa esta filosofía, pues mientras más va creciendo el yoga, más se arma (lamentablemente) la idea que practicarlo se refiere a solo a hacer posturas, cuando estas representan solo el 1 por ciento.
“Hay algunos profesorados dictados por personas que aún no están capacitadas y mandan un mensaje erróneo: “si te paras de manos, es yoga”. Y eso no es así. El objetivo del yoga es la meditación, aunque no está bien decir que la meditación es mejor que el pranayama (respiración) o que las asanas (posturas). Hay que hablar de un conjunto. Si bien las posturas solo representan un poco de todo lo que es el yoga, es importante practicarlas”, me dijo mientras se escuchaba la risa de su hijo en el fondo.
“Pero la verdad es que el yoga tiene que ver con buscar shanti (paz) en nosotros y con el mundo. Si vivimos en drama, no podemos practicar yoga; pero practicamos yoga para eliminar el drama”, agregó. “Tenemos que encontrar una armonía con nosotros y con el resto del mundo”.
Y fue ahí que me habló de Dinacharya. Esto significa “acción diaria”. Es decir, se le denomina dinacharya a una rutina que sigues con el fin de sentirte mejor. “Básicamente, lo que te dice esto es que te cuides el cuerpo. Que no lo tomes por sentado. Lo que hacemos en la mañana, es lo que nos mantiene en buena forma el resto del día”.
Así, es importante que te despiertes temprano, que te mires las manos, que te sobes la cara, el tórax y el estómago, que medites (te sientes un rato a respirar profundo), y luego respirar más profundo y estirarte. Si haces yoga, mejor.
A esto se le suma que intentes almorzar siempre a la misma hora y que tu cena sea ligera. De hecho, según el Dr. Dharma Singh Khalsa, autor de “La alimentación como la medicina”, está bueno no comer nada cuatro horas antes de ir a dormir.
La rutina no es mala. Lo que pasa es que esta tiene que ser buena.
Namasté.