En una etapa donde Fernando Alonso perdió más de dos horas por la rotura de suspensión, Fernanda y Alonso llegan al campamento dakariano emocionados porque el tiempo para ellos se mide en otros términos.
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"La cena es nuestra celebración", dice medio en broma, medio en serio Fernanda Kanno. Es que la piloto peruano celebra el final de cada etapa como una victoria personal y lo disfruta como tal, y más si se trata de llegar temprano al comedor.
Este lunes, la piloto nacional junto a Alonso Carrillo completaron la segunda etapa cuando la luz natural aún brillaba sobre el Mar Rojo, que está muy cerca del campamento ubicado en la zona de Sharma, en la costa norte de Arabia Saudí, en Neom.
La emoción llena los ojos de Fernanda. Las lágrimas se le notan y ella no lo disimula. Sabe que cada kilómetro que avanza es un paso más de su sueño y así lo defiende. "Hemos llegado de día y le hemos ganado a la cena. Ni siquiera la han servido", dice con una gran sonrisa.
Hay una especie de brochetas en la cena, pero Fernanda pide también fideos. Está acostumbrada a ellos. Es que en la mayoría de etapas que ha disputado en sus tres Dakar ha llegado muy de noche a los campamentos, cuando ya la cena se había terminado.
"Ayer [primera etapa] nos pateó duro el Dakar. Hoy ha sido más larga pero más fluido, estamos cero problemas. Cada día que acabamos el Dakar es para celebrar", dice por su parte Alonso Carrillo, quien disputa la prueba por segundo año consecutivo con la también periodista.
“Esto es como una película. Todo es surrealista. Tenemos al costado el Mar Rojo, con el atardecer en Arabia Saudita. Somos peruanos, el equipo es peruano y la camioneta la hemos armado en nuestro taller. Cómo no estar feliz”, reflexiona Fernanda. Sin duda, este film tiene mucho de sueño cumplido.
La dupla nacional sigue su marcha al ritmo que ellos se imponen. “Tan rápido como sea posible y tan lento como sea necesario”, es su lema, aunque esta noche se escuchó más el “una cena más, una celebración más”.