Carlos Zambrano y Darío Benedetto se enfrentaron en el entretiempo del último partido de Boca Juniors
Carlos Zambrano y Darío Benedetto se enfrentaron en el entretiempo del último partido de Boca Juniors
Eliezer Benedetti

Hace 24 años, -sin querer- pronunció una frase que marcó su carrera y que quedó inmortalizada en La Bombonera. “Lo que a mí me parece fuera de lugar es ventilar los problemas. () parece, más que nada, un cabaret”, dijo el entonces referente del ‘xeneize’ en medio de los ánimos revueltos por una difícil situación que pasaba el plantel. Hoy, el contexto es otro, pero no deja de ser bastante similar. La tensión entre y en la interna del club ha confirmado una vez más lo que se ha dicho repetidamente en los últimos años en el entorno boquense, que el vestuario es “un cabaret”.

La intención de esta popular frase, desde un inicio, era distinta a la que se le ha otorgado. Es por ello que Diego Latorre no se cansa de explicar en varias entrevistas lo que en realidad quiso decir aquel 20 de abril de 1998. El difícil contexto de entonces no le permitió encontrar otra palabra que esa.

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¿Cómo nació esa frase?

Sucede, primero, que ya la situación se había tornado bastante tensa en la interna del Boca desde el verano de ese año, en pretemporada. Gustavo Barros Schelotto y el ‘Bambino’ Héctor Veira (entrenador) habían protagonizado una dura discusión en el entretiempo de un partido contra Racing en la final de la Copa de Oro, torneo de carácter amistoso.

Al término del primer tiempo, Boca perdía ese encuentro 1-0 y Veira decidió que Barros Schelotto no siga en el campo. Esa decisión no le gustó nada al ‘Mellizo’, que recriminó en voz alta a su entrenador, entre insultos e improperios, para luego irse a las manos, según aseguró la prensa argentina. Pero la pugna no progresó tras la intervención de Jorge Bermúdez y García Ameijenda.

La posterior sentencia del ‘Bambino’, después de ese encontronazo, fue clara: Barros Schelotto no debía seguir más en el equipo. “Mientras yo esté en Boca, vos no jugás más”, le dijo y así fue. El ‘Mellizo’ concretó su pase por una temporada a préstamo a Unión de Santa Fe.

La tensión no culminó con ese episodio. A lo largo del Clausura del 98′, Boca Juniors no la pasó nada bien deportivamente. Los resultados no le acompañaban y el ambiente en la interna del equipo no era el mejor. Y es que, claro, la hinchada no estaba contenta con el rendimiento del plantel y la prensa argentina no se cansaba de apuntar al entonces referente, Diego Latorre, como uno de los máximos responsables del mal momento del ‘xeneize’.

Mientras el popular ‘Gambeta’, como se le llamaba, salía temprano de un entrenamiento en Ezeiza, escuchó a través de la radio de su auto todo lo que se había conversado minutos antes en el vestuario. No lo podía ni quería creer. Entonces, ante la expectativa de la prensa, bajó la luna del carro y -fastidiado- atendió a los medios. Así se gestó la frase -o más bien bomba- del cabaret, que nunca pasó desapercibida en el fútbol argentino.

En una de las tantas entrevistas que habló sobre el tema, Latorre fue consultado, precisamente en ESPN FC, si lo del cabaret nació a partir de la pelea de Barros Schelotto y el Bambino Veira en enero de ese año.

“No, eso fue en Mar del Plata en un Boca-Racing. Córdoba y Bermúdez tuvieron que separarlos porque el Bambino lo fue a buscar al vestuario. Estuvieron a punto de agarrarse a trompadas. No voy a revelar nada que no se sepa, porque es de cobardes contar algo veinte años después”, respondió el ahora periodista de la cadena televisiva.

‘Gambeta’ no quiso terminar ahí con su relato de la frase que marcó su carrera y prosiguió específicamente en ese día: “Me subo al auto, no iba a hablar con la prensa (...) En realidad quise decir puterío, pero me salió cabaret. No encontraba la palabra. Me enteré tres años después quién había sido el jugador que habló con el periodista. Tenía información secreta. No es que escuchaban los periodistas lo que pasaba con un vaso pegado a la pared del vestuario...”.

Diego Latorre, entonces, no se refería exactamente al vestuario y al club cuando dijo esa frase, aunque no podía negar que obviamente existían algunos percances en la interna, como en cualquier otro equipo. Así pasa, siempre, cuando las cosas no van bien.

“Me arrepiento del malentendido, pero había un topo dentro del plantel que le pasaba información a la prensa”, manifestó en otra entrevista.

¿Por qué dicen que Boca es un cabaret?

El malentendido de Diego Latorre se extendió inevitablemente. Incluso, en su momento el ‘Bambino’ Veira, antes de que su etapa en Boca termine y le dé el pase a Carlos Bianchi en el banquillo, quiso poner paños fríos a la situación desvirtuando lo que había dicho su jugador.

“No se puede decir que Boca es un cabaret. Un cabaret es un lugar al que uno va una noche a divertirse, a las dos de la mañana con algunos amigos, como lógicamente lo hice yo durante mucho tiempo en el pasado. Esto no es un cabaret”, señaló.

Pero ya nada se podía hacer. La frase se hizo famosa y comenzó a ser relacionada con cualquier tipo de situación negativa que pasaba el club de forma interna, no solo para referirse a algún jugador infiltrado con la prensa, como en un inicio quiso dejar entrever Latorre.

Es por ello que siempre que ocurre un problema en el vestuario xeneize las palabras del periodista argentino salen a relucir. Así ha vuelto a suceder recientemente en un choque de la liga argentina de los xeneizes contra Racing, esta vez con Carlos Zambrano y Darío Benedetto como protagonistas.

Después del entretiempo de ese encuentro, tanto el zaguero peruano como el delantero argentino aparecieron en el campo con marcas en el rostro o cerca de él. Los rumores, por tanto, de una pelea entre ambos comenzaron a aparecer. La prensa argentina confirmó la pugna en los vestuarios rápidamente. Y ya luego el DT de Boca, Hugo Ibarra, confirmó la discusión.

No es la primera vez que el ‘Kaiser’, evidentemente el más afectado, pasa por una situación así en la interna del Boca. Ya antes el peruano casi se va de las manos con Cristian Pavón, cuando el extremo argentino salpicó agua en él tras tirar una botella de agua luego de salir molesto del campo. Sus compañeros en el banco intervinieron para que la situación no pase a mayores.

Ahora bien, en La Bombonera se ha generado la mala fama del club de la pelea. En varias ocasiones, jugadores del ‘xeneize’ han intercambiado fuertes insultos, reproches y algunos golpes también de por medio. Claro está que indisciplinas nunca han faltado.

Es así que los problemas de vestuario no se han logrado manejar bien últimamente en Boca. Y por eso mismo se dice que es “un cabaret”, porque estas situaciones internas se exteriorizan negativamente, incluso sin la intervención de la prensa. Ahora, Zambrano lo está comprobando.

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