Sin la melena de león ni sus veintitantos, Alex Rossi sigue siendo ese espartano de 1995 que corre y suda, porque en la ‘U’ solo se debe correr y sudar.
Hoy tiene 52 años, pero hace 25, cuando era el delantero refuerzo de la ‘U’ de Markarián, su tranco intimidaba tanto que, en lugar de un hombre, parecía el ataque de un ejército. Fue la tarde del 19 de noviembre de 1995 en que un gol del brasileño a Cristal selló el 2-0 de la ‘U’ y grabó a fuego su estancia en el club. No fue el goleador del equipo ese año y tampoco el siguiente. No salió campeón. Ni siquiera tenía canción de la barra. Cuando eso no se puede, igual hay que dejar escuela: desde aquella corrida, el video se repite cada tanto como ejemplo de lucha para este que es el eterno club de la pelea. “Jamás voy a olvidar todo lo que pasé en Universitario. Ojalá pronto pueda ir a Lima a jugar un partido de veteranos con Roberto, con el Puma, con Ferrari”, dijo hace poco en el programa partidario Crónicas Merengues, hecho desde Japón.
La jugada está en YouTube y todavía emociona a los hinchas, más, cuando en la puerta toca Cristal para jugar otra final. Aún se hace viral. Aún se dice que Jorge Soto no lo va a alcanzar nunca. Y aún cuentan que estuvieron allí, hasta los que no estuvieron.
Fue hace mucho pero me acuerdo, clarito. Dos días antes, había sido mi cumpleaños.
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Noticias de él casi no se tenían, hasta que en febrero del 2014 apareció su rostro huesudo, sus ojeras de trasnoche y la noticia de una batalla contra las drogas: el medio brasileño Zero Hora publicó la historia de Rossi, un caído. El relato era doloroso: “Con la muerte de su padre, la venta de la finca, la separación de Rossi, Alex cayó. Comenzó a fumar marihuana y a consumir cocaína durante mucho tiempo”. El reporte era del periodista Jones Lopes da Silva.
Lo encontraron hospitalizado en una granja terapéutica de Ivora, cerca de Santa María, en el estado Rio Grande do Sul. Le había pasado de todo en este tiempo. Se separó de muy mala manera de su primera esposa, Vanessa Eker, con quien estuvo casada 12 años y tuvo dos hijos, Sandro y Bruno. Fue a la cárcel por no poder pagar la pensión para ellos. Pero ya había sido golpeado peor: la muerte de su padre.
En 2003, siete años después de su paso por Universitario (35 partidos y 8 goles), Rossi se fue a vivir en la granja de su natal Cacequi. Su padre, José Alexandre Rossi, había caído enfermo de cáncer. Hasta que a los 36 años, el delantero ex Rosario Central, Cerro Porteño, Gremio y Corinthians se quedó huérfano de padre. “Era mi ídolo, y también mi primer hincha. No pude más”, dijo en Zero Hora.
Lo que no pudieron hacer defensas argentinos, uruguayos, paraguayos, lo hizo el ‘crack’, el nombre vulgar de un terrible derivado de la cocaína. Rossi tuvo que ser internado 21 días en el Instituto de Salud, Educación y Vida de Ivora, para desintoxicarse. Nueve meses después del aislamiento, salió ya recuperado. Probablemente corriendo para que nadie lo alcance, como en 1995.
LA FOTO DEL INOLVIDABLE GOL DE ROSSI
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Luego de ese diciembre en la definición por el subcampeonato ante Alianza y la Copa Libertadores del 96 ante los uruguayos, con Markarián primero y Pichicho Benavides después, Alex Sandro Rossi tuvo que irse del club. Se entrenaba como nadie para alimentar esas piernas duras como cemento, era transparente con todos sus compañeros, al punto que alguna vez Roberto Martínez dijo de él que era un tipo “muy leal”. Se le encargó la misión de educar en el puesto de atacante a Lucho Guadalupe, Cuto, que luego se iría al extranjero en su nueva posición. Hasta que hubo salidas del entrenador y todo cambió. “Hicimos un partido de práctica con el nuevo técnico -recuerda Jean Ferrari volante titular de ese equipo-, y lo pusieron en el equipo B. Rossi aceptó sin problema. Querían sacarlo, incomodarlo. Perdimos 5-0 y qué crees: ¡los cinco goles los hizo Alex! A la fecha siguiente igual no lo pusieron. No aceptó la injusticia y tuvimos que agarrarlo entre cinco para que no se le vaya encima a Luján Manera”. El último partido de Alex Rossi como jugador de Universitario lo disputó el domingo 9 de junio de 1996 ante Atlético Torino, en el viejo Nacional. Ya había llegado el Pirata Czornomaz al club y aquella tarde hicieron dupla. Esa tarde no marcó y en esa tristeza, marcó el fin de su vínculo con la ‘U’.
Era la única forma de detener el Toro indomable Alex Rossi. Un ejército, una patada artera o una injusticia.
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El golazo de Alex Rossi en 1995
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