Giancarlo Aljovín

Fue el responsable de asumir el arco de tras la tragedia de 1987, un 8 de diciembre como hoy. José Letelier recibió de la propia esposa del recordado José Gonzales Ganoza una de sus camisetas, la cual el chileno utilizó durante varios compromisos defendiendo el arco de Alianza Lima. A 36 años de la tragedia, el ex meta se viste nuevamente de forma oficial de blanquiazul, pero para guiar al equipo femenino al título 2024.

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Cuando se dio el anuncio de su llegada en las redes sociales del club recibió el total respaldo de la hinchada. ¿Eso lo toma como una presión o sirve mucho de motivación para el trabajo que desarrollará?

Sé que lleva una doble responsabilidad en retribuir todo ese cariño con los resultados que espera el club. Ahí yo separo lo que es el afecto de la gente, no solo hacía mi persona sino también a mis compañeros que estuvieron hace tres décadas en ese momento tan difícil de la institución y lo otro es lo profesional, donde tengo que estar a la altura de Alianza. Vamos a trabajar para ello con mucho profesionalismo.

Usted es parte de la historia de Alianza, pero ahora la puede agrandar, pero también la del club con el equipo femenino…

No me gusta prometer cosas. Trato de ser bien aterrizado en lo que hago. He tenido una carrera bastante regular en el fútbol, importante en el balompié femenino que me dio muchas satisfacciones y espero que en Alianza sea así. Sé dónde tiene que estar el club, lo tengo muy claro. Espero a final de temporada lograr los objetivos propuestos.

Alianza Lima
Alianza Lima

Después de su paso por el club en 1988, volvió al Perú en diversas ocasiones y se puso la camiseta de Alianza Lima, pero ¿qué se siente volver a llevar el escudo en el pecho otra vez de manera profesional?

Es distinto. Siempre somos parte de lo que queremos, es como cuando tú eres parte de tu familia, eres niño y tus padres te crían. Después tiene que salir de casa, pero vuelves, porque es tu familia. Siempre te sientes gratificado de reencontrarte y ahora mucho más de una manera profesional. Me siento con otra energía, motivado, quiero estar mucho tiempo en el club, quiero empaparme otra vez de lo que es Alianza, del equipo femenino, del masculino, de las divisiones menores, de todas las personas que trabajan en la institución. Quiero ser uno más de ellos, me siento como parte de la familia.

Tengo claro que cada equipo pone sus objetivos y el de Alianza Lima es recuperar el título nacional femenino, pero hacerlo justo en el año del centenario de tu máximo oponente, aquel que te lo arrebató es algo especial, como una revancha….

Es un ingrediente que está dentro de una competición, sobre todo, en clásicos rivales. Sin embargo, Alianza es un club grande, por ello más allá de los ingredientes que puedan existir en tal o cual temporada, la institución necesita estar a tope. Es un ingrediente, pero hay que saberlo llevar porque cuando uno quiere conseguir cosas pensando solamente en el objetivo y no en el cómo, creo que eso genera más estrés.

En este tiempo que ya viene trabajando en el club, ¿cómo ve el trabajo que desarrolla Alianza Lima en el fútbol femenino?

El fútbol femenino en Sudamérica ha ido avanzando lentamente, pero lo viene haciendo y eso es importante. En el Perú se siguió ese proceso y ya en Alianza Lima desde hace tres o cuatro años se realiza una política importante, donde se involucró la hinchada con este proyecto. Ello le permitió tener actuaciones importantes en el torneo local, además de participar en Copa Libertadores. Algo que me ha gustado mucho es que tiene categorías inferiores desde la Sub 12 hasta la Sub 18, eso implica que hay una visión a futuro, que no se da en todos los clubes y países. Ojalá que a mediano plazo la mayor cantidad de jugadoras del plantel profesional sean de la cantera.

El heredero de ‘Caíco’

Un buen amigo me comentó que escuchó en radio una anécdota muy especial y fue que usted utilizó una camiseta de ‘Caíco’ entregada por la propia esposa del recordado arquero blanquiazul…

Estábamos por jugar la Liguilla del Descentralizado, que se disputó en enero de 1988 y la cual ganamos. La señora de ´Caíco’ me regala simbólicamente una camiseta que era azul con amarillo y la cual utilice en todo ese torneo. Es una camiseta que tengo guardada en Chile. Es un regalo que tiene mi hija Valentina – de 27 años -, ella guarda todo lo que utilicé en mi etapa de Alianza Lima.

No recuerdo exactamente la fecha en que me lo entregó, pero fue un momento en el que tuvimos la oportunidad de compartir y se acerca sin ningún afán de que la usara, era algo más simbólico, pero yo tomé la decisión de usar la camiseta.

Recuerda qué le dijo la esposa de ‘Caíco’ al entregarle la camiseta…

Que era algo importante para ella, de sentir que era algo que ‘Caíco’ habría querido en ese momento, de que su posición – de cuidar el arco de Alianza – pudiese tener algo simbólico en ese momento. Esas palabras me motivaron para utilizar la camiseta.

El capitán y referente de ese equipo de 1987 era ‘Caíco’, ¿cómo fue para usted asumir esa responsabilidad, de cuidar el arco de quién era un verdadero símbolo del club?

Ese equipo de Alianza era muy joven y el gran referente era ‘Caíco’. Sabía de la responsabilidad y antes del partido con Bolognesi estaba muy nervioso, me comuniqué con mi familia antes del partido, soy muy cristiano y les pedí que oraran durante el encuentro. En la previa del compromiso durante el almuerzo se me acercó el profesor Castillo para darme toda la confianza y que la responsabilidad era de él.

Al momento de salir a la cancha empiezan las emociones y la primera pelota que tomo en el partido es un centro y siento el rugir de la hinchada al tomar el balón. Ahí ya se pasaron todos los nervios y pude disfrutar el partido. Es un momento que te queda marcado para tu vida.

En los Clásicos que jugó fue figura, incluso le atajó dos penales a Fidel Suárez…

Recuerdo que el primero fue en la Liguilla e íbamos ganando por 1 – 0. Me lanza el disparo hacía el lado derecho y lo atajé. El otro duelo fue ya por el campeonato de 1988 y no veníamos en buena racha, pero los clásicos son distintos, un partido aparte. Ese choque también lo ganábamos por la mínima diferencia. Otra vez Suárez al frente y antes que le pegue, ya me la había jugado, porque mi intuición me decía que lo haría al otro lado, por eso fui a la izquierda y atrapé el balón.

Después me crucé con Suárez en Chile cuando jugó en Cobresal y siempre fue muy respetuoso.

En ese plantel de Alianza Lima había un defensa muy joven de nombre Juan Reynoso, ¿qué recuerdos tiene de él?

Juan era más joven que yo. Fue un jugador muy técnico, mucha capacidad y eso lo demostró después en su carrera a nivel local e internacional. Buen jugador y persona. He seguido su carrera. En ese equipo había jugadores de cantera como Vinces, además de experiencia – que lamentablemente ya no están con nosotros – como Rojas y Espino, por lo que se produjo una buena mixtura. Juan fue clave en el renacer de Alianza Lima.

¿Por qué se fue de Alianza Lima?

No me fui. Terminé contrato ese año. Estaba a préstamo y Alianza no lo renovó y volví a Colo Colo.

No hay duda que ustedes deben ser de los chilenos más queridos en nuestro país y no solo por los hinchas de Alianza Lima, porque llegaron en un momento difícil para el club íntimo, pero también en épocas complicadas con el terrorismo. ¿Qué significado tiene para usted el Perú?

Perú es muy importante en mi vida personal y profesional. He venido en varias ocasiones. Siento que tenemos esa retribución de cariño por nuestra forma de comportarnos con el pueblo peruano, siempre con respeto. Es recíproco. Me siento uno más dentro de este país. En este tiempo que llevo me siento como en mi patria. Me siento uno más y es porque ustedes me abrieron las puertas, siempre lo voy a agradecer.

Para cerrar Profesor, ¿qué significa para usted Alianza Lima?

Para mí fue un orgullo defender a Alianza Lima, estar en el club y ocupar ese lugar quizás hasta inmerecido en ese momento. Me siento un privilegiado de Dios, de poder vivir todas estas instancias en este país vecino y que me ha tratado como uno más.

Amor A La Camiseta
Se conocieron en la universidad y se enamoraron siguiendo a la selección. Desde entonces, final de la Copa América 2019, no se separaron más. Ese amor que nació entre ellos fue cómplice de su cariño por las camisetas de fútbol y hoy, los jóvenes ingenieros Miguel Montalvo y Steffi Roth se han convertido en los coleccionistas más grandes de los uniformes de la querida Blanquirroja. Más de 2000 piezas que conservan como un tesoro. Esta es su maravillosa historia.

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