Pocos dolores son tan molestosos como el por el nervio ciático, el más largo de nuestro cuerpo: comienza en la pelvis y atraviesa músculos, articulaciones, ligamentos y tendones, hasta que llega a los pies.
Si sientes una molestia en la espalda, tensión, debilidad o simplemente sensación de rigidez, puedes estar sufriéndolo. Entre los runners, otra de las señales más notorias es la falta de activación en los glúteos y el dolor en los tendones de la corva, en las pantorrillas o en los pies.
¿POR QUÉ SE GENERA EL DOLOR?
Antes de saber cómo tratar este dolor, es necesario comprender su causa. Antonio Chicata Trancón, fisioterapeuta en Deportherapy, indica que lo primero que hay que entender es que “los nervios no duelen: duelen los músculos, cuando se contraen y hacen presión sobre los nervios, o cuando se presenta una contractura muscular”.
En el caso del ciático, explica, las molestias se deben, entre otros, a factores como la edad, el peso y la técnica de la pisada.
El esfuerzo que se hace al correr genera que el dolor lumbar sea una patología frecuente entre los runners. Un artículo del cirujano de medicina deportiva Charles Gatt Jr., publicado por W.B. Saunders Co, señala entre los responsables a “la técnica que realiza el corredor, que puede no ser la más apropiada y puede contribuir a lesiones del complejo ligamentario lumbar”.
En este sentido, Chicata Trancón es enfático en asegurar que el principal enemigo es lo que se conoce como ‘taloneo’, una mala técnica de pisada al correr que “produce mucho impacto en los gemelos y los músculos isquiotibiales, y llega a la zona lumbar”. Te recomendamos revisar si este es tu caso.
“Si hay molestia al correr, se debe fortalecer los músculos adecuados, como los glúteos y el piramidal, que evitan que se produzca debilidad o daño en la zona lumbar”, recomienda. El especialista también señala que es importante trabajar en el fortalecimiento abdominal.
Para una recuperación más veloz, que puede limitarse a 15 o 20 sesiones. También se recurre a la ortopedia manual.
EJERCICIOS PARA TRATARLO
Frente al dolor agudo, tanto lumbar como de ciática, te recomendamos no guardar reposo absoluto sino reducir el ejercicio a niveles soportables, realizar estiramientos y desinflamar la zona mediante terapia física.
También ayudará realizar ejercicios de fortalecimiento y calistenia (sistema de ejercicios físicos con el propio peso corporal) una o dos veces por semana, cuidándote de no generar mucha congestión en los músculos. “Esto ayuda a fortalecerlos alrededor de articulaciones como tobillo, rodilla o cadera, donde son frecuentes las lesiones”, señala.
Una vez superada la etapa de aislamiento social podrás acceder a una fisioterapia, donde se incluirán ejercicios que fortalecen los glúteos y la zona abdominal. Previo al tratamiento serás evaluado para determinar la zona de dolor; si se trata del cuadrante lumbar, por ejemplo, probablemente se intentará reducir la inflamación mediante compresas y ultrasonido.
Sin embargo, mientras esperas este momento no hay nada mejor que mantener el espíritu positivo e intentar controlar este dolor desde casa, siguiendo las recomendaciones que te entregamos en esta nota.