Marco Quilca León

Lo primero que hizo Jorge Fossati tras ser presentado como técnico de la selección peruana, el pasado 27 de diciembre, fue pedir el número telefónico de Paolo Guerrero, del capitán y goleador histórico de la Bicolor. “Lo necesito urgente”, enfatizó en los pasillos de la Videna de San Luis. Y cuando se lo pasaron, dio el primer paso: lo saludó por su cumpleaños número 40, le preguntó cómo estaba su familia y se interesó sobre manera por su futuro. En esos días, el ‘9′ recién había dejado LDU de Quito y ni siquiera tenía contemplado volver a la Liga 1 para jugar por Vallejo, contrato económicamente astronómico mediante.