FOTO 5 | 5. Ahorrar para la jubilación no es para los débiles de corazón (Foto: iStock)
FOTO 5 | 5. Ahorrar para la jubilación no es para los débiles de corazón (Foto: iStock)
Paul Rebolledo

El decrecimiento brusco de nuestra (-12,5% según el Banco Central, con sesgo a la baja) pone en una situación muy complicada a la mayoría de hogares peruanos, lo que se refleja en ingresos recortados abruptamente y desempleo en aumento.

En este contexto, el ahorro personal y familiar tienen un papel preponderante como amortiguador de una situación de estrés económico. Así, lade los hogares tiene un rol estabilizador en épocas de crisis. ¿Cuáles son las principales aristas que deberíamos tener en cuenta al momento de ahorrar?

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Una primera se centra en la oportunidad del ahorro. Usualmente, éste debe darse, en mayor magnitud, en momentos en que la economía crece, es decir, debería ser principalmente pro-cíclico. Así, temporadas en que nuestros ingresos van creciendo de manera sostenida (y la situación laboral es la adecuada) representan el mejor momento para ahorrar.

Un segundo tema se enfoca en el objetivo del ahorro. Podemos identificar varias metas: la compra de un departamento, la jubilación o un “seguro de desempleo”. Resulta importante distinguir la importancia de estos objetivos para el hogar y en la medida de lo posible, evitar tomar los recursos ahorrados para un objetivo más prioritario (por ejemplo, fines previsionales) y sustituirlo por otro (viaje familiar o comprar un televisor), salvo situaciones extremas que impliquen subsistencia.

Un tercer punto resalta el perfil riesgo-retorno de nuestros ahorros en función de nuestros objetivos (preservación o apreciación de capital o un mix), nuestra habilidad para soportar riesgo (nerviosismo ante caídas de nuestro patrimonio) y nuestras realidades particulares. Así, si mi trabajo es dependiente y genera un flujo periódico de ingresos, posiblemente mis recursos ahorrados puedan tomar un mayor riesgo. Por el contrario, si trabajo de manera independiente y los flujos de ingresos son relativamente irregulares, tenderé a un sesgo más conservador en mis inversiones.

Una cuarta arista se refleja en las formas alternativas de ahorro. Recordemos que el ahorro nos permite diferir consumo presente a futuro. En este ámbito más amplio, el ahorro no solo se circunscribe a los productos financieros, sino también a mi inversión en capacitación y formación profesional. Así, en la medida en que me especializo profesionalmente, podré alcanzar de manera más clara mis objetivos de consumo futuro.

Un quinto elemento se asocia a contar con indicadores críticos de ahorro y realizar un monitoreo periódico de sus variaciones. Entre los Indicadores claves destacan el porcentaje de mi ingreso mensual ahorrado (recomendado 25%) o el número de meses en que puedo vivir sin trabajar debido al ahorro (recomendado 6 meses). Asimismo, será importante determinar el grado de liquidez (de conversión a efectivo) de mis inversiones. Realizar un control periódico del valor de mis ahorros e inversiones servirá no solo para medir estos indicadores clave sino también para identificar aquellas inversiones (depósitos o bonos, por ejemplo) por vencer.

En suma, la generación de ahorro voluntario debe ser un objetivo en nuestros hogares. El “guardar pan para mayo” y establecer prioridades en los objetivos del hogar permiten amortiguar los efectos nocivos de situaciones temporales de estrés como la actual.

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