En "Umetsu", Juan de la Fuente reescribe su historia familiar al rescatar del olvido a su abuelo Makizo Umetsu, inmigrante japonés que llegó al Perú en 1908.
En "Umetsu", Juan de la Fuente reescribe su historia familiar al rescatar del olvido a su abuelo Makizo Umetsu, inmigrante japonés que llegó al Perú en 1908.
Diego Alonso Sánchez

El primer ministro del Japón, , al momento de resaltar las bondades de la amistad peruano japonesa, así como las grandes contribuciones culturales que legaron los inmigrantes nipones en nuestro país, citó un poema de un escritor nikkei, Juan de la Fuente Umetsu, de su poemario UMETSU (APJ, 2024). Es especialmente simbólico que la mención a un escritor peruano, de ascendencia japonesa, sirva como un puente que acerque las orillas de Japón y Perú, separadas por el océano Pacífico.

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Tu cuerpo tiembla como un grano de arroz

Atrapado en el viento.

«Aterrado, pero firme,

Sube la cuesta donde comienza el mundo,

Despójate de tu vieja libertad

Y recibe esta libertad nueva.

Las raíces entrarán por las ventanas del barco

Y desde allí se aferrarán a las aguas».

(del poema “PUERTO DE KOBE, 8 de junio de 1909″, citado por Shigeru Ishiba)

Juan de la Fuente es un escritor de fuste, con varios libros de poesía publicados y con un reconocimiento reciente y bien logrado que ha ayudado a que su último poemario, UMETSU, publicado este año por la Asociación Peruano Japonesa, en el marco de las celebraciones por los 125 años de la Inmigración Japonesa al Perú, haya trascendido la lectoría local y haya aterrizado en las manos del mandatario Shigeru Ishiba. Pero, ¿en qué consiste este libro y cuál es el interés trascendental que lo ha vuelto un referente del proceso de la diáspora japonesa a nuestro país? Revisemos algunas ideas.

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Makiso Umetsu

Este poemario es un conjunto de textos conmovedores, que reafirman la pericia y el talento literario de Juan y que, además, es un homenaje a su abuelo materno, de nacionalidad japonesa, Makiso Umetsu. Para un cabal entendimiento de este libro, se debe tener en cuenta que su proceso de escritura ha sido tanto de búsqueda identitaria como de creación, de afirmación y recreación de la memoria, una sinergia plena de valor ahora que se realiza la cumbre del APEC en el Perú. Es decir, un libro que va más allá del rastro familiar y que se asienta en el espíritu pluricultural de nuestra nación, con muchos vínculos con diferentes países del Asia.

Este poemario, fuera de las referencias personales y familiares, aparecen muchas claves que son de gran ayuda a las nuevas generaciones de descendientes de japoneses en el Perú, para buscar y resignificar lo que sus abuelos experimentaron bajo las nubes de la incertidumbre del siglo XX, cuando se afianzaba la inmigración de miles de ciudadanos nipones, sobre todo, en nuestras costas. Por ello, esta es una poesía versátil y evocadora, que resuena e interpela como si sus lectores como si fueran parte de la búsqueda que plantea el autor.

Has llorado en el fondo de la luna,

Donde los hombres ocultaron sus primeros crímenes.

Has llorado en los ojos de tu hermano,

Donde una multitud camina como si fuera imposible regresar al mar.

Has llorado en el Perú

Y querías irte

De tu llanto

Tus lágrimas golpeaban las calles del centro de Lima

Y las tiendas se abrían antes de que despertara el alma.

(del poema “RECUERDO DE TOTTORI”)

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En los versos de este libro se proyecta el dilema que representa la diversidad de nuestra nación, surtida de muchas culturas ancestrales y de distintos fenómenos de inmigración provenientes de todos los continentes, que ha vuelto el ejercicio de identificación como peruanos una tarea muchas veces triste, no exenta de exclusión, de abandono e injusticia. y, en parte, ese es el motor que le da motivo a UMETSU: sus poemas son decantadores del olvido o el sutil elixir que busca aplacar la pena que el desamparo o la orfandad ha marcado con indeleble tinta a las familias de los inmigrantes.

Ya de esta sensibilidad nos había hablado José María Arguedas, así como muchos otros autores que han buscado plasmar con sabiduría en sus textos, a manera de desagravio, las voces de sus ancestros. Este, que no es un sentir ajeno a la comunidad peruano japonesa –aunque sí, diferente-, ha sido finamente elucubrado en el poemario de Juan de la Fuente, no como un detallado testimonio de la diáspora japonesa al Perú, sino como una noble experiencia de reflexión e higiene emocional, de reconstrucción de una memoria difuminada, para así aliviar los vacíos de su propia historia.

Pero no solo podemos leerlo desde esta óptica, porque en este conjunto de poemas podemos encontrar varias de las vivencias de nuestros antepasados, de quienes tienen familiares nikkei o de quienes que no, ecos de cualquier proceso de inmigración. Es decir, la poesía de Juan nos está ayudando a darle voz a los mayores, pero, sobre todo, a quienes hace más de cien años empezaron una historia descomunal y muchas veces dolorosa en el Perú.

Tú buscabas una ciudad sumergida en la tierra

Y el sol deponía sus instintos

Para arrojarse hacia su propio centro.

Allí habita tu oscuridad, Makizo.

Tus zapatos y tus dudas, arrumados al temblor de tu equipaje.

Al borde del camino que tú no elegiste.

(Del poema “HONG KONG MARU”)

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Por ello, la materialidad del abuelo Makizo, hecha palabra, no solo procura sanar a la familia Umetsu, sino que presta ánimo a otras familias que, debido al paso del tiempo, han atenuado sus raíces o buscan establecerse en nuevas tierras: esas historias de los ascendientes que son como el sol que se eleva sobre el océano Pacífico y que unen con un puente a dos países, a dos continentes, como “un barco perdido en una palabra que ya no puede nombrarte”, según nos dice el propio autor. Esta medicina para el alma que escapa de las convenciones propias de la ascendencia japonesa y, como lo que propone la literata japonesa Shigeko Mato, con su idea de “nikkei extendido”, apela a una pluralidad cultural más allá del apellido y de los rasgos étnicos.

En esta metáfora del eterno retorno, que une el pasado con el futuro, Juan de la Fuente sigue de “largo hacia las hojas que caerán y después volverán a los árboles”. Así, Makizo Umetsu, gracias al poeta, viene a insertarse en la tradición literaria peruana como lo hizo antes José Watanabe (al recordar a su padre, Harumi Watanabe, en sus poemas) o Doris Moromisato (teniendo presente a sus padres Ansei Moromisato y Utoo Miasato, en su poesía). Es decir, desarrolla la clave familiar de los predecesores que alumbran lo venidero, en un intrincado camino de mestizaje que, en el caso de los peruanos japoneses, desde hace 125 años, sigue nutriendo a nuestro país y que busca incluir a todas sus diversidades.

Finalmente, este libro es un maravilloso puente que ayuda a entender los intrincados procesos emocionales de la inmigración, sobre todo de la comunidad peruano japonesa y de los que, a lo lejos, como los dekasegi –por ejemplo- podrán leer este libro con optimismo y emoción.

Además…

"Umetsu" es un poemario que ayuda a entender los intrincados procesos emocionales de la inmigración, sobre todo de la comunidad peruano-japonesa.

Nacido en Lima, en 1963, Juan de la Fuente es escritor y periodista especializado en comunicación corporativa.

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