En los primeros meses de 1822, el ejército realista se mantenía incólume en el sur del país, mientras en Lima el nuevo establishment criollo discutía con cada vez mayor apasionamiento el destino político que debía seguir el Perú: una monarquía constitucional o un régimen republicano. En ese escenario, el 28 de febrero de 1822, aparece en el periódico “Correo Político, Mercantil y Literario” la primera edición peruana de “Carta a los españoles americanos”, del arequipeño Juan Pablo Viscardo y Guzmán, cuya publicación seriada seguirá hasta el 22 de marzo de ese año.
Se trata de un documento que, desde su aparición en francés, a fines del siglo XVIII, venía incendiando las praderas de Europa y del Nuevo Mundo con la fuerza de sus argumentos y su retórica a favor de la impostergable emancipación de España. Tanto así que el prócer venezolano Francisco de Miranda, quien accede de manera circunstancial, en Londres, al manuscrito, lo traduce rápidamente al español en 1801, y lo convierte en el eje central de su prédica en favor de la independencia americana y de la unidad continental, ideario que será retomado, luego, por Simón Bolívar.
Basta leer el primer párrafo de la carta de Viscardo para darse cuenta de la potencia de su mensaje: “La inmediación del cuarto siglo del establecimiento de nuestros antepasados en el Nuevo Mundo, es una concurrencia sumamente notable, para que deje de interesar nuestra atención. El descubrimiento de una parte tan grande de la tierra, es y será siempre, para el género humano, el acontecimiento más memorable de sus anales. Mas para nosotros que somos sus habitantes y para nuestros descendientes, es un objeto de la más grande importancia. El Nuevo Mundo es nuestra patria, su historia es la nuestra y en ella es que debemos examinar nuestra situación presente, para determinarnos, por ella, a tomar el partido necesario a la conservación de nuestros derechos propios, y de nuestros sucesores”.
Utopía y destierro
¿Pero quién era el autor de estas líneas que quizás se hubieran perdido para siempre si Miranda no las hubiera traducido y publicado? Juan Pablo Vizcardo y Guzmán había nacido el 26 de junio de 1748 en Pampacolca, Arequipa. Sus padres eran acomodados descendientes de españoles, pero su vida tranquila pronto fue dando giros dramáticos. A los 12 años, quedó huérfano de padre y, con su hermano José Anselmo, se vio obligado a entrar como novicio a la Compañía de Jesús, en un intento de su familia por darles una buena educación. Pero, en 1767, la orden es expulsada de la América española y ambos hermanos terminarán desterrados en Europa (España e Italia), prohibidos de volver al Perú. Por esos años, se enteran de la muerte de su madre y, a pesar de que renuncian a la orden, su situación no cambia. Impedidos de venir a administrar la herencia familiar, llevan una vida de carencias económicas.
Sin resignarse jamás, Viscardo va tomando conciencia de su condición de criollo y como dice la historiadora Carmen Mc Evoy en “Juan Pablo Viscardo y Guzmán. Desarraigo y patria grande”: “La utopía emancipadora de Viscardo […] guarda una estrecha relación con su necesidad de volver a su terruño, hacerse de una actividad productiva y el sentimiento patriótico que forja el exilio”. En la década de 1780, se entera de la rebelión de Túpac Amaru y envía cartas a Inglaterra buscando apoyo para la causa del cacique cusqueño. Luego, viaja a Londres, pero sus esfuerzos no tienen éxitos. Se cree que, en ese contexto, escribe su famosa carta.
Enfermo y próximo a morir entrega sus papeles a su amigo Rufus King, ministro de Estados Unidos en Inglaterra. Este se los entregó a Miranda, quien imprimió y difundió la carta. Si bien el desterrado Juan Pablo nunca vio la inspiración que suscitó su manuscrito, sus palabras resonaron en Lima, hace 200 años: “No hay ya pretexto para excusar nuestra apatía si sufrimos más largo tiempo las vejaciones que nos destruyen; se dirá con razón que nuestra cobardía las merece. Nuestros descendientes nos llenarán de imprecaciones amargas, cuando mordiendo el freno de la esclavitud, de la esclavitud que habrán heredado, se acordaren del momento en que para ser libres no era menester sino el quererlo”.
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La “Carta” de Viscardo se publica en el “Correo Político, Mercantil y Literario” de Lima en los números 16, 17, 18 y 19, fechados del 28 de febrero al 22 de marzo de 1822. En este mismo periódico fue publicada la célebre misiva de José Faustino Sánchez Carrión,”El solitario de Sayán”, en favor del régimen republicano.
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