Mantener una apariencia impecable en las áreas comunes de casa hará que tu hogar se mantenga en armonía. A continuación compartimos algunos tips que te ayudarán a mantener tus espacios relucientes. ¡Toma nota!
¿Cómo ordenar mi sala?
Antes de empezar con la organización de módulos y objetos decorativos, es necesario iniciar retirando el polvo que se encuentra acumulado en los muebles y los rincones de la sala. Aspira las alfombras y todos los elementos que estén hechos con algún tejido de tela. Posterior a ello, procede a utilizar limpia todo -adecuado para cada objeto que tengamos en el ambiente-, deja que se ventile un poco.
De tanto en tanto (como por ejemplo, dejando una semana, un mes o terminando una temporada), procura cambiar de lugar tus muebles, esculturas y cuadros para darle dinamismo y un toque fresco a las estancia. Usa un aromatizador para darle un olor especial a las estancias.
¿Cómo mantener mi cocina?
La cocina es una de las zonas de mayor tránsito de toda la casa, por lo que suele se también el lugar que más rápido se ensucia. No obstante, podemos tomar acciones para que esté reluciente en la medida que se pueda. Una vez que termines de cocinar, procura limpiar siempre las hornillas para retirar la grasa, y evitar que se acumule los restos de suciedad. De igual manera, pasa un trapo por encima de la barra o isla de cocina.
Una alacena organizada también aporta buena presencia y optimiza el tiempo en la cocina. Emplea organizadores y segmenta tus productos por clasificación y necesidad. Procura usar recipientes de vidrio, dado a que almacenan mejor los alimentos. Asimismo, una vez que finalices la jornada en el interior de la cocina, trapea el piso para que quede totalmente reluciente y libre de suciedad.
¿Cómo asear el baño?
Una zona de cuidado personal siempre necesitará tener el mantenimiento adecuado para garantizar la higiene de los habitantes. Procura limpiar dejando un día las mayólicas para que no se llenen de moho ni de hongos, en especial en la zona de la ducha. En el lavadero se quedan los rastros de pasta y de otros residuos producto del jabón de manos. De igual forma asea la jabonera, el porta cepillos y la zona en la que se encuentran los utensilios para bañarte. El retrete también debe limpiarse periódicamente, para evitar que se formen placas de sarro en el interior.