La polémica se desató entorno a una invitación de boda que se viralizó en redes sociales. El parte, que hacía hincapié en que la asistencia con niños quedaba prohibida, provocó comentarios de todo tipo sobre la etiqueta y las normas sociales de esta clase de eventos.
Expertos consideran que es mejor dejar en claro esas salvedades de manera previa, de lo contario, se podría generar un impacto negativo en el menor. De acuerdo a un informe de la British Journal of Developmental Psychology, los más pequeños del hogar pueden experimentar emociones de tristeza y enojo al percatarse de que están en un ambiente fuera de lugar.
Por tal motivo, el debate no se debe centrar en que si los protagonistas del evento, en este caso los novios, permiten o no que los invitados asistan con bebés o infantes a su matrimonio, ya que ellos solo están optando por lo que mejor creen conveniente para pasar en grande el que debería ser “el mejor día de sus vidas”.
Sin embargo, dar a conocer esa “prohibición” en el parte o invitación no es la mejor manera de comunicarlo, ya que podría ser ofensivo para ciertas personas. “Cuando uno hace ese tipo de excepciones, es recomendable hacerlo de manera personal. A veces no nos damos cuenta que la manera en que estamos manifestando esa petición puede resultar hasta insultante para otros, ya que no damos contexto”, explicó la psicóloga Antonella Galli a Hogar&Familia.
“Lo mejor es conversar de manera personal con los invitados que tienen hijos y decirles que solo planean que vayan adultos porque es una fiesta en que podría haber ciertos momentos en que los niños no la pasen bien o que incluso habrá actividades algo subidas de tono, todo en busca de despedir bien al novio o a la novia”, acotó.
En ese sentido, la especialista hizo hincapié en que el problema con este tipo de invitaciones es la forma en que se da el mensaje, y no su fondo, que es lo realmente importante. “En vez de conversar con cada uno de los invitados que podrían ir con hijos, optamos lo más fácil de poner ‘No se permiten niños’. Básicamente, la molestia la genera una mala comunicación”, manifestó.
De otro lado, la especialista en salud mental aclaró que no hay inconveniente ni efectos negativos en que niños asistan a eventos de este tipo, incluso si es que están rodeados de alcohol, tabaco o música a todo volumen.
“No hay que tratar a los pequeños como si fueran de cristal. En varias reuniones familiares hay alcohol y eso no ha impedido que llevemos a nuestros hijos con nosotros a disfrutar. Son situaciones comunes en cumpleaños de tíos, cenas, cuando se junta la familia a ver algún partido, una parrillada. Siempre que haya moderación, no va a existir sentido de riesgo”, indicó.
Opciones para que padres e hijos disfruten una boda
De acuerdo a Benjamín Yaya, director artístico de BYM Eventos y Decoraciones, es una práctica común que la pareja de novios decida, por distintos motivos, que los infantes no estén presentes en la ceremonia o recepción de su matrimonio.
El motivo principal que le trasmiten a Yaya es por el temor latente a que el niño o niña no sepa comportarse en un momento crucial del evento, ya sea por una rabieta, un berrinche o porque puede corretear con sus similares por todo el lugar.
“Esto puede generar un momento incómodo para todos, en que los padres al final terminan sacando al niño de la zona. Entonces, para evitar todo eso, los novios nos piden consejos de cómo hacer para que sus invitados no traigan niños o qué otras opciones existen para que padres e hijos disfruten por igual de la boda”, explicó a este medio.
En esa línea, el organizador de eventos comentó sobre que opciones suelen brindarles a los clientes que desean que todos se diviertan por igual en ese día tan especial. “Al costado del ambiente central en donde estarán los adultos, se arma un espacio espacial para niños. Básicamente, es un lugar donde todos los pequeños se pueden recrear porque hay juegos, pueden colorear, entre otras actividades lúdicas”, precisó.
“Lo que se busca es no malograr un momento tan espacial para los novios. Incluso, si buscan que los padres, o adultos en general, se despreocupen y desliguen de los cuidados de los menores, colocamos especialmente a alguien que supervise este espacio, tal como si fuera una guardería”, agregó.