Según la Organización Mundial de la Salud, es recomendable que los bebés sean amamantados exclusivamente durante los primeros seis meses de vida. Después, se pueden introducir alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, mientras se continúe con la lactancia materna en paralelo. Por ello, la Semana de la Maternidad Saludable es la ocasión ideal para resaltar los beneficios que brinda este proceso de unión entre la madre y su hijo.
En esta ocasión, Hogar&Familia conversó con la Lic. Maria Constanza Anchante, Coordinadora de UCI Pediátrica - Sala de Bebés de la Clínica Anglo Americana, y la Lic. Obst. Thanie Margaux Aroca, Obstetra Coordinadora del mismo centro de salud. Las especialistas compartieron información esencial para las futuras madres que todavía tienen ciertas dudas sobre el proceso de lactancia y la importancia del mismo.
“La leche materna pasa por etapas y cada una de ellas cumple ciertas necesidades nutricionales del recién nacido. No obstante, la lactancia abarca mucho más que eso, pues promueve esa conexión con mamá. Este proceso abarca más que solo lo nutritivo, sino también el factor emocional”, estableció la Lic. Anchante.
¿Cuáles son los beneficios de la lactancia exclusiva materna?
Como se mencionó previamente, la leche materna está preparada para cubrir las necesidades nutricionales del bebé. “Los recién nacidos se alimentan hasta los 6 meses, como mínimo, de leche materna. Luego de ese periodo, se puede añadir una alimentación complementaria, es decir, suplementos de hierro o papillas. Es ahí cuando el niño empieza a diferenciar ciertas texturas, sabores y colores”, indicó la Lic. Maria Constanza Anchante.
Aparte del lado nutricional, la especialista resalta que la lactancia materna va mucho más allá de los nutrientes, pues también genera un vínculo vital entre la madre y el bebé. “La lactancia promueve esa conexión con mamá. Sostiene las emociones y el vínculo entre la madre y su bebé”, añadió la licenciada.
En esa línea, comentó que, en muchos casos, la presión familiar limita esta conexión. Esto se debe a que, en nuestra sociedad, es mal visto que un niño de dos o tres años siga lactando. Sin embargo, Anchante explica que no hay una fecha de caducidad para que un bebé deje de lactar. “No hay un tiempo establecido en el que se le pueda decir basta. No obstante, en algunas familias suelen interferir para detener este proceso, lo cual rompe este vínculo que ha sido generado previamente”, agregó.
“Como mínimo, el recién nacido, durante los seis primeros meses de vida, debe ser alimentado únicamente con leche de mamá. Luego, en nuestra cultura, cuando vemos a un niño de 2 o 3 años lactando, se nos hace raro. Es algo de nuestra sociedad. Por ende, buscan destetar al niño al año, lo cual, si él o ella no están listos, puede romper la conexión que ya se había generado”, enfatizó la experta.
¿En qué se diferencia la fórmula de la leche materna?
De acuerdo con la Lic. Obst. Thanie Margaux Aroca, la leche materna y la fórmula, a la que muchas madres acuden, son dos cosas totalmente distintas. “Debemos tener en cuenta que la leche de mamá es un tejido vivo y se adapta a las necesidades de cada bebé. Incluso, con las técnicas de succión que cada pequeño adopte, cambia su forma de consumirla y, de esa manera, logran hacer su propia leche según sus propias necesidades”, aclaró.
¿Cómo puedo tener una lactancia segura?
La Lic. Obst. Thanie Aroca nos brindó una serie de recomendaciones para lograr una lactancia segura y saludable, tanto para la mamá como para el bebé.
- La preparación empieza desde la etapa prenatal: Desde que la madre asume su embarazo, debe estar preparada y saber en qué consiste el proceso de lactancia. En ese sentido, existen consejerías prenatales, donde las madres pueden conocer estas etapas de la gestación y lo que viene después de dar a luz.
- Cuidar su atmósfera: Para la madre, el dar a luz puede llevarla a un lugar muy vulnerable. Para protegerla emocionalmente, las personas que la rodean deben estar comprometidas con las decisiones que ella tome y poner de su parte para apoyarla.
- Quitarse el chip de que la lactancia es dolorosa: En la educación prenatal, se busca que la madre se quite el chip de que la lactancia es un proceso al que deben tenerle miedo. En muchos hogares, se tiene la creencia de que es obligatorio sentir dolor físico por dar de lactar. Sin embargo, no es normal. “Si sienten una molestia muy fuerte, deben buscar el origen de lo que sucede con un especialista”, especificó la Lic. Aroca.
- No creer en los mitos: En muchas ocasiones, la familia, con las mejores intenciones, buscan interrumpir este proceso por el bien de la madre y del bebé. En estos casos, las mamás deben tener presente que cualquier asesoramiento que sea necesario debe ser brindado por un especialista.
Para concluir, la Lic. Maria Constanza Anchante resaltó que es imprescindible que la madre tenga conocimiento de los múltiples beneficios que ofrece la leche materna para los bebés. “Cuando uno le habla a una futura mamá sobre los factores positivos, también se debe incluir el cómo la lactancia influye emocionalmente en el vínculo que se genera con el bebé. La lactancia materna es el primer acto de amor de una madre para su hijo”, finalizó.