(Fotos: El Comercio)
Yirko Sivirich OI19
Luciana Villegas

Una canción. Una canción fue todo lo que hizo falta para saber que lo había logrado una vez más: había creado una colección moderna y ponible, pero inspirada en nuestro país, en nuestro querido Perú. 

Eso fue lo que pensé cuando escuché el violín de Marco de Gennaro al ritmo de "Mamita Candelaria", el famoso huayno de Paranco. Inmediatamente, las luces de la pasarela se prendieron y apareció él: el popular violinista que acapara las redes sociales con sus 'covers' al son de las cuerdas frotadas de su violín. Con saco y pantalón- y muy bien peinado- el artista sentó el 'mood' para lo que venía después: "Candelaria", la nueva propuesta del diseñador iqueño inspirada en Puno.

El primer modelo recorrió la pasarela con un 'total look black' que destacó por la máscara de tonos encendidos- naranjas y amarillos- que hacía alusión a las que llevan los bailarines de la diablada, danza típica del departamento de Puno. Lo que siguió comprobó mi hipótesis: una serie de prendas modernas y ponibles pero con claros rasgos andinos como polleras, pompones de tonos rojos y blancos, estampados alusivos a la cultura, máscaras y ponchos. Todo resultado del último viaje del diseñador iqueño, aquél que se ha vuelto uno de sus preferidos.

Yirko visitó el departamento de Puno hace algunos meses, y quedó tan impresionado con la belleza de sus paisajes, lo rico de su cultura y su artístico vestir que la colección fue prácticamente una tarea obligatoria (y necesaria).

"En taquile (isla de Puno) los pobladores se visten como medio uniformados: todos de negro con accesorios de colores fuertes como el fucsia, morado o azul. Quedé fascinado", comenta respecto a su viaje.

De allí nace "Candelaria", una colección de 20 tenidas que fluyen bajo el lienzo del tono negro pero con pinceladas de colores encendidos como el fucsia y morado. Todo con una mirada andina que no solo se identifica en los colores ni en las siluetas, sino también en los estampados: entre los que resaltan aquellos inspirados en el torito de pucará, la virgen y la máscara de la diablada.

Llega el final del desfile: un modelo ingresa a la pasarela. Vestido completamente de negro y con una capa XL en la que se lee "Virgen de la Candelaria" en la espalda, recorre toda la pasarela al son del violín de Marco de Gennaro, que ha vuelto a tocar. Así termina una colección que busca reinvindicar la cultura andina pero sin perder la visión del futuro. 

Algo que necesitamos ver más a menudo.

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