ENRIQUE VERA (@kiquevera)
Las capturas de dos ‘burriers’ vinculados a bandas de narcotraficantes de alto vuelo, en los tres últimos meses, han sacudido los cimientos de la Policía Nacional del Perú.
Cuarenta oficiales y suboficiales asignados a distintas oficinas del aeropuerto Jorge Chávez fueron relevados de sus puestos a inicios de semana por estar aparentemente coludidos con estas mafias dedicadas a sacar droga por el terminal aéreo.
Ello se produjo tras la captura del portugués Mario Alexander Barboza, el pasado 28 de mayo, cuando intentaba salir del Perú llevando casi 8 kilos de cocaína en una maleta. El ‘burrier’ delató a dos suboficiales cómplices de la red por la cual fue captado. Uno de ellos aún está prófugo.
La policía antidrogas tiene identificadas a por lo menos cinco de estas organizaciones, con nexos en cárteles de México, y que se disputan las remesas de cocaína desde el terminal aéreo a Europa y Estados Unidos.
Información proporcionada a El Comercio por agentes antidrogas da cuenta de que las organizaciones de narcos en el Perú pagan hasta US$20 mil a policías que acepten integrarse a la red. Su función es acercar las maletas cargadas con estupefacientes a los vuelos hasta que los ‘burriers’ las tomen (ver infografía).
Según precisaron los detectives, el policía captado incrementa sus bonos de acuerdo a cuánto “facilita” la salida de la droga y cómo influye para que las operaciones no sean detectadas. Después de un tiempo acordado con los narcos, estos abonan al uniformado el pago que consideren se haya ganado por su labor.
“Ellos no pueden exigir más de lo que la banda delictiva cree que deba pagarles. Además durante el período que trabajan para la mafia son presionados y amenazados constantemente”, refirió una fuente de este Diario.
Pero los tentáculos de las mafias no solo alcanzan a policías en actividad, también abarcan a empleados del aeropuerto e incluso de las aerolíneas. En suma, todo aquel que tenga acceso a las oficinas del Jorge Chávez.
Las puertas de ingreso para empleados y policías del terminal aéreo no tienen mecanismos electrónicos o de seguridad que detecten, por ejemplo, la presencia de cocaína dentro de las mochilas o equipajes que llevan. Una vez dentro del aeropuerto, la droga es llevada en maletas por los policías a los baños donde esperan los ‘burriers’.
De acuerdo con el destino y la cantidad de cocaína que trasladan, los pagos que las bandas de narcos destinan a los ‘burriers’ van de US$5 mil hasta US$15 mil. Personal de la Dirandro refirió que quien acceda a viajar con remesas hacia Miami cobra aproximadamente US$8 mil.
La pugna entre las bandas de narcos en el Perú llega a niveles de suma brutalidad cuando se cobran venganzas por soplos o traiciones. Ese habría sido el caso de Hugo Quintana Bardelli, asesinado de 15 balazos el último 23 de abril en Surquillo.