La pluma del escritor Augusto Higa Oshiro (Lima, 1946) se mantiene vigente. El también autor de "Saber matar, saber morir" (Editorial Caja Negra), publicó este año "Gaijin" (Animal de Invierno) y "Todos los cuentos" (Campo Letrado Editores). La primera de estas publicaciones logró su primera reimpresión tan solo cuatro meses después de salir al mercado. A propósito de estos lanzamientos, el blog Libros a mí conversó con el autor:
¿Cómo cree que el público ha tomado ‘Gaijin’?
Creo que hay una buena recepción tanto de los medios como del público y, en general, las críticas y los comentarios son positivos aunque no dejan de haber personas que critican, deslizan ataques, sobre todo por la red. Sin desconocer la existencia de esa crítica adversa, en líneas generales creo que la novela fue bien recibida y sobre todo en los niveles académicos.
Quizás las críticas se originan porque se espera mucho de usted, al ser un muy buen escritor.
Lo que pasa es que ‘Gaijin’, ‘La iluminación de Katzuo Nakamatsu’, ‘Okinawa Existe’, las estoy escribiendo en una época muy tardía, ya pasados los 50 años. Es aquí cuando un escritor ya está realizado y ha dado prácticamente lo mejor de sí mismo.
Se le reconoce como un maestro de la novela corta. ¿Le gusta que lo llamen así o le incomoda la etiqueta?
No me incomoda. Para mí es complicado trabajar una novela de largo aliento, una obra de 250 o 300 páginas, en la medida en que mi método de escritura es línea por línea. Sueldo reducir y me salen pocas páginas.