Hay una edición de “Rayuela” firmada por Julio Cortázar con la dedicatoria “para Julia y Mario”, en referencia a Vargas Llosa y su famosa tía. También un ejemplar de “Cambio de piel”, con la rúbrica del mexicano Carlos Fuentes. Y otro de “Cien años de soledad”, en el que Gabriel García Márquez escribe en 1972: “Para Mario, de su descuartizado, desmenuzado y desenmascarado hermano, Gabriel”. Parece casi premonitoria si tenemos en cuenta, que cuatro años después, la amistad entre el colombiano y el peruano terminaría, puñetazo de por medio.
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