ADRIANA GARAVITO
Ray Chen toca el violín como los grandes, pero bromea como un niño. De hecho, sus constantes bromas son una especie de recordatorio de que es dueño de la corta edad de 25 años.
Pese a los chistes (y videos en su cuenta de Instagram en los que se burla de sí mismo), no hay que olvidar que él es uno de los jóvenes más imponentes de la música clásica en la actualidad. Tiene el premio Queen Elisabeth Music Competition (2009) y el Yehudi Menuhin International Violin Competition (2008) para probarlo.
“Cuando practico, cuando subo a un escenario, ahí todo lo hago con mucha seriedad. Yo tomo mi trabajo muy en serio, pero no porque toque música clásica quiere decir que tenga que ser alguien aburrido”, comenta.
CHICO DISTINTO
Su primer acercamiento al violín fue cuando tenía 4 años y a los 8 fue invitado a tocar en Japón. Este hecho fue muy importante para él y su familia, pues Australia (su país natal) –dice– no es necesariamente un país reconocido por sus intérpretes de música clásica.
“Es más, pese al paso de los años todavía percibo esta creencia de que los europeos son como los dueños de la música clásica”, comenta. “Estoy totalmente en desa-cuerdo. La música es de todos. Es un lenguaje universal y es el idioma que yo aprendí y me gusta hablar”.
No fue hasta que cumplió 13 años cuando decidió hacer del violín su profesión. Así, al terminar el colegio, viajó a Estados Unidos a estudiar. “Fueron años bien intensos, con muchos sacrificios. Para ser franco, no tenía una vida social, pero todo tiene sus recompensas”.
Sin duda, tiene razón, pues su talento cada vez es más notorio. Como dijo el violinista Maxim Vengerov: “Ray Chen es un músico puro, con todas las habilidades de un auténtico intérprete musical”.
En ese sentido, es un lujo tener la posibilidad de verlo en dos funciones: el 12 y 13 de agosto en el auditorio Santa Úrsula y en el Gran Teatro Nacional, respectivamente. Será la segunda vez que visite nuestro país y –según cuenta– no puede esperar más.
"ME GUSTA LA CONEXIÓN CON LA AUDIENCIA"
“Para empezar, quiero dejar en claro que yo mismo manejo todas mis redes sociales”, enfatiza Ray Chen. “Muchos contratan a otros para que lo hagan y, obviamente, no es lo mismo. Yo creo que es importante que seas tú mismo el que está detrás de lo que publicas”.
De esta forma, el joven violinista deja claro que es parte de una nueva generación de músicos que busca llegar a su público, no solo a través de sus interpretaciones, sino también compartiendo sus gustos, disgustos y demás.
“Me gusta tener conexión con la audiencia. A mí me hubiese encantado tener la posibilidad de preguntarles de todo a mis músicos preferidos y que ellos me respondieran”, comenta. “No necesariamente de música, sino también sobre otras cosas que quieren lograr, otros proyectos y hobbies. Y al parecer, mucha gente piensa como yo, pues he tenido una respuesta positiva por parte de los fans”.
SOLO POSITIVO
Aunque nunca falta un grupo que critica a quienes rompen un poco los esquemas, Chen dice: “No he recibido críticas directas sobre los videos que publico”. En estos se ve a Ray, por ejemplo, intentando empezar a practicar y luego, en otro plano, quedándose dormido.
“Pero no se puede negar que hay personas que, yo creo, son envidiosos y escriben ciertas cosas sobre estos; que los atacan. Pero la realidad es que yo tengo una personalidad y no pienso cambiarla. No entiendo por qué hay gente que todavía percibe la música clásica como vieja. Una cosa es la tradición, otra ser aburrido”, afirma.
No hay duda de que Chen busca eliminar ciertos estereotipos que lo persiguen casi desde sus inicios. Pero, como él mismo dice: “Hay otro lado de Ray muy interesante”.