Le cubre parte de la cabeza una tela crema desteñida, inequívoca declaración de guerra que hace temblar a propios y extraños. Su mirada asesina y sus dientes rechinantes son un aviso para salir corriendo. Misterio se había hecho fama de ver rojo y perder el control, aunque lo que verdaderamente lo sacaba de quicio era la camiseta de Alianza Lima. No dudaba en pelearse con quienes la llevaran puesta y se ponía ‘gallito’ cuando alguien hablaba bien del equipo de fútbol de La Victoria. Él era de Universitario, crema hasta el tuétano; pobres de aquellos que lo llamaban gallina.
La génesis de su pasión fue, sin embargo, romántica. "Nuestra tribuna debe ser como el país: todas las razas, todas las clases sociales. Vamos a hacer historia. Hoy día brindamos nosotros, pero mañana brindará la mitad más uno del país. Porque un hombre puede cambiar de casa, de país, de partido político, de mujer, de religión… Pero nunca cambia de equipo, de los colores cremas que nos dan alegría, orgullo. Porque esto es una pasión", era su argumento para ser del club de Odriozola. Pero así como otras exageraciones derivadas del romanticismo, él se convirtió en el fanático más temido de Lima y de la tribuna norte en su iglesia.
Su nombre era una incómoda incógnita, aunque la verdad no importaba: todos lo llamaban Misterio y no había que saber más. Entre los hampones de las barras bravas su cabeza ya tenía precio, pero ubicarlo era imposible. Su presencia se sentía cual hinchada que hace remecer el estadio con sus saltos y cánticos, pero dar con él era inviable. Era una leyenda. Dicen que era un hombre de pocas palabras. Lo vieron, incluso, como un hermano cariñoso y un hijo preocupado. Dicen que su ley era violenta, todo valía para engrandecer a su equipo. Dicen que la relación con su padre se rompió de pequeño, cuando en el estadio, sin explicación, celebró un gol de la 'U' ante la mirada atónita de su progenitor, acérrimo seguidor de Alianza. Dicen que creó la Trinchera Norte para equiparar al ala armada del clásico rival y casi todos coinciden que lo logró: terminó por darle forma a la barra más brava y temida del país. "Con nosotros quien quiera, contra nosotros quien pueda", fue el mantra fundacional.
Misterio no solo es el protagonista de "Un misterio, una pasión" –obra de teatro escrita por Aldo Miyashiro, que se repondrá el jueves 20 bajo la dirección de Juan Carlos Fisher en el teatro La Plaza–, también existió en la vida real. Se llamó Percy Rodríguez Marchand, hombre de saco y corbata que durante el día trabajaba en la Bolsa de Valores de Lima y por las noches lideraba la Trinchera Norte. En esta puesta en escena, verdad y ficción se entremezclan en Sebastián Monteghirfo, quien interpreta al oficinista que se amarraba en la cabeza una camiseta desteñida para convertirse en la leyenda del hombre sin miedo. Pero Misterio, el del teatro, sí siente miedo. Así lo considera el director Juan Carlos Fisher: "En la vida y en el teatro, cuando uno lo niega, es porque más lo siente. Creo que en su caso es el temor a perder todos los vínculos familiares lo que da que pensar, pues las relaciones más fuertes que mantiene son con su hermana, su madre y su novia, las mujeres de su vida, pero también son las que desencadenan sus tragedias más dolorosas. El sentimiento de miedo a la orfandad no es exclusivo de él. Está en todos los personajes, está presente en la barra y es lo que finalmente los motiva a unirse aun cuando esto signifique convivir con la violencia".
GOLPE DE REALIDAD
Las barras bravas han sido noticia en las últimas semanas. A inicios del mes, la Trinchera Norte se enfrentó a un policía durante un partido y, tras una serie de irregularidades que todavía no han sido esclarecidas, el comandante Edwin Jiménez falleció. Esta semana, hinchas de Alianza se enfrentaron a los feligreses de una iglesia evangélica que se atrincheraron ilegalmente en el estadio de Matute. Fisher comenta: "Y podríamos seguir hablando de barras bravas toda la vida, pero es que este tipo de conductas no solo se ven en seguidores de equipos de fútbol, sino también de partidos políticos, grupos religiosos, etc. Como ya nadie confía en que otros nos van a ayudar se sigue pensando que uno puede solucionar las cosas con violencia y utilizando sus propias manos".
Y no hay mucha diferencia entre los barristas de la vida real y los personajes que dan vida al mundo de "Un misterio, una pasión". Incluso se podrían hacer paralelos con el desesperanzador panorama que se retrató en "Ciudad de M" de Óscar Malca. "Estos personajes están envueltos en una realidad en la que la única forma de reaccionar es la violencia. Por eso me interesa dirigir la obra: me permite explorar en ellos e investigar cómo es que eso terminó siendo un medio para expresar su rabia y frustración. Estos son muchachos que han perdido el norte de lo que es ética y moralmente correcto y cuya figura paterna, aquella que los guía por el mundo, ha sido asumida por estos grupos a veces radicales", afirma el director.
Fisher es cuidadoso: sabe que la polémica acompaña a “Un misterio, una pasión”, obra que desde que fue adaptada a la televisión nacional (con el nombre de “Misterio”) estuvo acusada de hacer apología de la violencia. “Entiendo las lecturas que se le quieren dar, pero esta obra habla sobre el fanatismo, que es algo que me parece que vale la pena ser explorado. Estoy seguro de que para Aldo [Miyashiro] no se trató de hacer un homenaje a la violencia y que fue muy difícil para él escribir sobre una realidad a la que era cercano. Él sabía que esto se trataba de la orfandad y la necesidad de reaccionar ante un país que no se preocupa por nadie y que no hace nada por ayudar a su gente. La pregunta que nos deberíamos hacer es si, después de 15 años de su estreno en las tablas, las cosas han cambiado. Creo que las respuestas no serán positivas”, reflexiona.
CHICO DE MI BARRIO, EL SPIN OFF
Tras el final de "Misterio" –adaptación televisiva de "Un misterio, una pasión"–, Aldo Miyashiro tomó a los dos personajes más queridos y les dio más tiempo de vida. Así fue como los inocentes El Nene (Emilram Cossío, foto 1) y Caradura (Miyashiro, foto 2) protagonizaron "Chico de mi barrio", producción que se emitió en el Canal 5. En esa ficción se obvió la relación de estos personajes con Misterio y se los vio tratando de ganarse la vida con cachuelos mientras intentaban conquistar a la bella Sofía (Sandra Vergara) y la interesada Macarena (Rocío Lázaro). Fueron parte del elenco Norka Ramírez, Pietro Sibille, Lucho Cáceres, Nancy Cavagnari, Giselle Collao, Mónica Torres, entre otros.
MÁS INFORMACIÓN
Lugar: teatro La Plaza. Dirección: Larcomar, Miraflores. Estreno: jueves 20 de setiembre, 8 p.m. Horario: de jueves a martes, 8 p.m.; domingos, 7 p.m. Entradas: Teleticket.