
La tercera temporada de “El juego del calamar” ha dejado a la audiencia mundial bastante impactada. No solo por las muertes desgarradoras de los personajes más queridos, sino también por un cameo tan inesperado como simbólico: la actriz Cate Blanchett aparece como una reclutadora en Los Ángeles. Una escena breve, sin diálogo extenso ni desarrollo aparente, pero lo suficientemente potente como para desatar una avalancha de teorías. ¿Estamos ante el inicio de un spin-off? ¿Es esto el prólogo secreto de “Squid Game: Estados Unidos”?
¿QUÉ DIJO EL CREADOR DE “EL JUEGO DEL CALAMAR” SOBRE ESTA TEORÍA?
El propio creador, Hwang Dong-Hyuk, fue rápido en salir al paso de las especulaciones. En una entrevista con The Hollywood Reporter, aclaró que la inclusión de Blanchett no fue una jugada comercial ni una estrategia de marketing, sino un recurso narrativo cargado de intención.

“No la terminé con esa nota para dejar espacio a la trama de otras historias. Gi-hun y Front Man, a través de estos personajes, terminaron los juegos en Corea. Y como esta historia comenzó con mi deseo de abordar temas como la competencia ilimitada y el sistema creado en el capitalismo tardío, quise dejarla con una nota que destacara que estos sistemas, incluso si uno cae, no es fácil desmantelarlo por completo; siempre se repetirá. Por eso quise terminarla con un reclutador estadounidense. Escribí esa escena buscando un final impactante para la serie, no para abrir espacio para nada más”, comentó al respecto.
Luego, Hwang no ocultó su admiración por David Fincher, el director que supuestamente estaría detrás de una futura versión estadounidense de la franquicia. "Sinceramente, Netflix no me ha dicho nada oficialmente al respecto. Solo lo he leído en artículos. Siempre he sido un gran fan del trabajo de David Fincher y me han encantado sus películas. Así que si creara una versión estadounidense de “El Juego del Calamar”, creo que sería muy interesante. Sin duda, la vería inmediatamente después de su estreno, si llegara a suceder“, añadió.
¿HAY POSIBILIDAD DE QUE SE GRABE UNA VERSIÓN AMERICANA DE “EL JUEGO DEL CALAMAR”?
Porque más allá de la posible existencia de un spin-off, la escena de Blanchett funciona como una declaración política. La imagen del Front Man observando impotente cómo los juegos continúan del otro lado del océano sugiere una verdad incómoda: la estructura corrupta que se combate no muere con un golpe de gracia. Cambia de lugar, muta, se reinventa. Es una crítica demoledora al sistema que sobrevive a cualquier revolución.
En este contexto, la elección de Cate Blanchett no parece casual. Ganadora del Óscar y figura emblemática del cine de autor, su presencia aporta una carga metatextual que refuerza el mensaje. No solo recluta jugadores en el universo ficticio, también atrae la mirada del espectador hacia el verdadero enemigo: un sistema global que convierte el sufrimiento humano en entretenimiento. El cameo no es un anzuelo para futuros spin-offs, sino una bofetada artística con una sonrisa helada.
Y sin embargo, la posibilidad de un “El juego del calamar: America” no está descartada. Netflix no ha confirmado oficialmente el proyecto, pero los rumores persisten. En un mundo donde el contenido se recicla sin cesar, la aparición de Blanchett bien podría ser reutilizada como punto de partida. Ella podría volver, no porque Hwang lo haya planeado así, sino porque la maquinaria del entretenimiento rara vez desperdicia un ícono.
HAWNG AFIRMÓ QUE PODRÍA COLABORAR CON EL SPIN-OFF
El propio Hwang se mostró abierto, aunque no comprometido, a colaborar con una versión estadounidense. Si su participación no interfiere con otros proyectos, estaría dispuesto a compartir ideas. Pero no pretende involucrarse del todo. Consciente de los riesgos de diluir su visión, deja claro que su historia ya fue contada, y que cualquier secuela, por fascinante que sea, deberá buscar su propia identidad.
A pesar de la confusión que puede causar el cameo de Blanchett, lo cierto es que el final de la tercera temporada funciona mejor precisamente por no ser un anuncio de lo que vendrá. Es un cierre que no abre puertas, sino que deja una advertencia: el mal no muere, solo cambia de rostro. Es una lección cruda, inquietante, que eleva la serie por encima de muchas otras que sucumben a las exigencias del mercado.
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