
Si te enganchaste con la serie española “Velvet” hace unos años, sabes perfectamente que era una joya visual y emocional. Ese romance entre Ana y Alberto en los años 50, con la alta costura madrileña como telón de fondo, fue un éxito rotundo que conquistó a miles. Pues bien, ahora esa esencia regresa con una nueva cara y, lo más interesante, con un nuevo idioma y contexto: “Velvet, el nuevo imperio” llega este lunes 19 de mayo a Telemundo a las 9 p. m. (hora del Este) y sí, te prometo que no es solo “más de lo mismo”.
Esta versión moderna, producida por Telemundo, tiene como protagonistas a la mexicana Samantha Siqueiros y al español Yon González, a quien ahora lo vemos en un nuevo universo, y te adelanto que no se trata simplemente de una copia. Aquí hablamos de un remake que ha sido pensado para otro tipo de público, con otra dinámica y, sobre todo, con una nueva ambientación que cambia por completo la vibra de la historia.

LAS PRINCIPALES DIFERENCIAS DE AMBAS PRODUCCIONES
De Madrid a Nueva York
La primera gran diferencia —y una de las más obvias— es el escenario. La “Velvet” original nos sumergía en el glamour de una galería de moda en pleno Madrid de los años 50, mientras que “Velvet, el nuevo imperio” se traslada al agitado y cosmopolita Nueva York actual. Y créeme, ese cambio no es solo de postal. Cambia el ritmo, las ambiciones, los conflictos y hasta el estilo de vida de los personajes. Aquí todo es más acelerado, más competitivo, más globalizado.
Este nuevo entorno le da otro sabor al drama. La historia de amor sigue siendo el núcleo, sí, pero ahora hay un aire mucho más moderno, más cercano a lo que vivimos hoy: redes sociales, poder femenino, diversidad cultural y un mundo de la moda que refleja más lo que pasa en la industria actual. Es como si la esencia romántica de la original se hubiese vestido de pasarela neoyorquina.
El enfoque narrativo
Otra diferencia clave que noté al comparar ambas producciones es la manera en que se cuenta la historia. La original era muy clásica, con un ritmo más pausado, propio de las telenovelas europeas. En cambio, la versión de Telemundo es más ágil, con una narrativa que se siente más tensa, más cargada de giros, y con un drama que se construye a partir de conflictos más actuales.
Esto, me parece, tiene mucho que ver con el público al que va dirigido. Telemundo sabe cómo enganchar a la audiencia latina en EE.UU., y por eso han optado por una estructura más intensa, donde todo sucede más rápido y donde los personajes enfrentan decisiones que se sienten más reales para quienes viven en este lado del mundo.
Una adaptación con identidad propia
Lo interesante de “Velvet, el nuevo imperio” es que no busca reemplazar a la original. Como decía Yon en una entrevista reciente con People en Español, esto es una adaptación, no una copia. Y tiene razón. Hay una intención clara de modernizar sin perder la esencia romántica. No se trata de comparar cuál es mejor, sino de entender que son dos historias distintas con puntos de partida similares.
Creo que el éxito de esta versión va a depender precisamente de eso: de verla con nuevos ojos. Si uno se desprende de la nostalgia por la original, es más fácil dejarse llevar por lo que esta nueva propuesta tiene para ofrecer.
Entonces, ¿cuál es la principal diferencia entre ambas? Para mí, está en el enfoque. “Velvet, el nuevo imperio” es más que un remake: es una reinvención pensada para una nueva audiencia, con otro ritmo, otra ciudad, otro estilo visual y una narrativa más acelerada. La esencia romántica sigue ahí, pero el resto ha evolucionado para conectar con los espectadores de hoy.

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