Evan, un padre de familia que ha consumido bebidas alcohólicas casi a diario durante más de 20 años, decidió someterse a un experimento radical: pasar 30 días enteros sin una gota de alcohol. Los resultados de este desafío lo sorprendieron gratamente y lo llevaron a reflexionar sobre su estilo de vida.
Luego de un mes, el creador de contenido, conocido como “The SAHD Life”, experimentó una notable mejora en su estado de ánimo y en su paciencia. Además, se sentía más estable emocionalmente y podía enfrentar los desafíos cotidianos con mayor calma.
“Mi capacidad para afrontar y manejar el estrés es mucho mayor de lo que jamás hubiera imaginado”, confesó. Lo que más le asombró fue la sensación de bienestar que experimentaba al elegir no beber.
“Y en lugar de, al final del día, esperar con ansias beber y tener eso como recompensa, es como si mi cerebro liberara endorfinas cuando elijo no beber”, agregó. “Es extraño, se siente bien y he estado bebiendo té todo el mes. Yo, bebiendo té. ¿Quién soy yo?”.
Al finalizar el mes, Evan decidió celebrar con un par de copas; sin embargo, el sabor del alcohol le resultó completamente diferente y los efectos fueron mucho más intensos de lo que recordaba.
“Lo logramos. Me sentí muy bien y, para ser honesto, tenía un poco de miedo de romper el ayuno, por así decirlo”, afirmó, asegurando que el alcohol tenía “un sabor horrible” que le “nubló el cerebro”.
Antes de su experimento, Evan solía evitar las reuniones sociales por falta de energía. Pero ahora, se sentía más sociable y dispuesto a conectar con los demás.
“Pasó una semana y ni siquiera queríamos beber durante la semana, pero el viernes estábamos pasando el rato con nuestros viejos compañeros de bebida”, señaló. “Solo que esta vez, mi esposa y yo no bebimos. ¿Y sabes qué? Igual nos divertimos mucho con ellos”.
“No solo eso, nos sentíamos muy bien por la mañana y teníamos energía para llevar a los niños a algún lugar divertido”, añadió.
Este cambio de hábitos también le permitió dedicar más tiempo a sus intereses personales.
“De repente era mediados de diciembre, me sentía bien, estaba leyendo libros, estaba aprendiendo y practicando la atención plena, estaba haciendo todo tipo de cosas que siempre quise hacer, pero para las que generalmente ponía excusas”, detalló.
Evan concluyó que el alcohol había sido un obstáculo en su vida, limitando sus relaciones sociales. Al eliminarlo de su rutina diaria, descubrió una nueva versión de sí mismo.
“Salir con gente ahora es mucho más divertido para mí, pero cuando hay alcohol en mi vida creo que evito un poco a la gente”, reconoció. “Me estoy dando cuenta de que cuanto más cuido mi cuerpo, más feliz soy y más energía tengo”.
“Ahora, de repente, estoy llamando a personas al azar y quiero interactuar cara a cara en cualquier momento del día”, finalizó.
Evan documentó su experiencia en un video de YouTube que acumula más de 900 mil reproducciones.
Cuáles son las consecuencias del consumo frecuente de alcohol
El consumo frecuente de alcohol puede tener un impacto significativo en tu salud. Según el portal especializado MedlinePlus, beber en exceso a largo plazo puede dañar diversos órganos, incluyendo el hígado, el corazón y el cerebro. Algunos de los problemas de salud asociados con el alcoholismo incluyen cirrosis hepática, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, trastornos del sueño, problemas digestivos y ciertos tipos de cáncer.
Además de los efectos físicos, el alcoholismo también puede tener consecuencias sociales y psicológicas. Las personas que beben en exceso a menudo experimentan dificultades en sus relaciones personales, problemas laborales y legales, y un mayor riesgo de depresión y ansiedad.
Si estás preocupado por tu consumo de alcohol, es importante buscar asesoría profesional.